Diario de León

CITA EN EL AUDITORIO

«He sido presidente de mi comunidad y parecía una broma»

José Luis Gil, más conocido como Juan Cuesta o Enrique Pastor, por las series ‘Aquí no hay quién viva’ y ‘La que se avecina’, recala hoy en el Auditorio convertido en Cyrano. A este apasionado del heavy metal le encanta León. A José Luis Gil le acompañan en escena Álex Gadea, Ana Ruiz, Ricardo Joven, Rocío Calvo, Carlos Heredia y Javier Ortiz.

El actor José Luis Gil en el papel protagonista de ‘Cyrano de Bergerac’. AYUNTAMIENTO DE ALMERÍA

El actor José Luis Gil en el papel protagonista de ‘Cyrano de Bergerac’. AYUNTAMIENTO DE ALMERÍA

León

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Lugar: Auditorio Ciudad de León.

Hora: 21.00.

Entradas: 22 y 27 euros.

—¿Cómo un concejal de Juventud y Tiempo Libre acaba siendo Cyrano de Bergerac?

—Es un trabajo y pasas de una cosa a otra con una naturalidad tremenda. Tanto un personaje como otro me encantan y los disfruto. Son proyectos en los que estoy por elección. Entre lo que me ofrecen y está a mi alcance, decido estar con Enrique Pastor para televisión y con Cyrano en teatro.

—¿El humor se ha convertido en una profesión de alto riesgo, viendo lo que le ha ocurrido a Dani Mateo?

—Refleja el momento por el que estamos pasando todos en general. Dani Mateo hace televisión, es un humorista que está más en el «escaparate político», lo que se puede dar lugar a interpretaciones. Todo depende de la importancia que se le quiera dar. Es muy fácil encontrarte un enemigo delante, aunque simplemente has querido hacer un comentario o una parodia de algo o expresar algo perfectamente legítimo, como es una opinión. Siempre hay un sector al que le sirve algo para cargar contra otro. Efectivamente, esta una profesión de riesgo, siempre lo ha sido y ahora más, porque hay gente que se empeña en sobredimensionar las cosas. Si hay algo punible, para eso ya están los profesionales.

—¿Cuántos seguidores tiene en las redes sociales?

—Bastantes. Los que nos movemos en la televisión o el teatro sí tenemos nuestros seguidores, porque la serie se sigue en otros países. Creo que más de 300.000 en Instagram. Yo las uso, en un 99 por ciento, para informar a mis seguidores de cosas del trabajo. No cuento mi vida.

—¿ Enrique Pastor o Cyrano?

—Uno viene de la mano del otro. Quizá Enrique tiene algo de Cyrano. Seguramente este Cyrano hubiera sido imposible si no hubiera hecho de Enrique Pastor, porque no me habrían dado la oportunidad.

—¿Cómo compagina teatro con televisión?

—Con mucha disciplina; disciplina que no tengo para otras cosas, y dosificando la energía. Cyrano es un personaje maravilloso, pero es exigente a la hora de estar en escena. En la televisión se madruga mucho, y no es una queja.

—¿Es cierto que es un apasionado del heavy metal?

—Sí. Soy de la época del rock duro. A Enrique Pastor no le va eso, pero a José Luis Gil, sí. Todo me viene de los 70. Era lo que oía en casa y todavía sigo con mi heavy metal, con el hard rock y otras muchas cosas más. Si te gusta la música de verdad, cada vez vas siendo más selectivo.

—¿Cuál es la clave del éxito de ‘La que se avecina’?

—Eso quisieran saber todos. Los guiones son divertidos y los personajes están bien construidos. A priori es una fórmula que nadie tiene. Los que venimos del blanco y negro podemos comparar la evolución que ha habido con las series. Ahora prevalecen las de corte dramático, espionaje, drogas, aventuras, ficción... La comedia, por sí misma, no vive el mejor momento dentro de las series. Se hacen muy pocas. Nos hemos ido a otros géneros, muy interesantes y que yo también consumo, pero la fórmula de La que se avecina, aparte de caer en el momento justo en el lugar preciso, es que tiene mucho talento, sobre todo, a la hora de escribirla.

¿Qué le da el teatro que no le da la tele?

—El teatro tiene la adrenalina del momento, jugar sin red. Es como un concierto. En el momento en el que tocas la primera nota, tienes que seguir, aunque corres el riesgo de que todo salga mal y no hay vuelta atrás. Pero tienes la recompensa final.

—¿Ha tenido alguna vez un fallo en escena?

—Como a todos. No es que se te olvide el texto. Pero en Cyrano hay palabras que, al ser en verso, no puedes improvisar, no vale otra palabra. Requiere una concentración especial. Pero un pequeño fallo puedes convertirlo en algo especial. En el teatro todo es distinto cada día. El espectador elige el montaje que quiere.

—¿Cómo es el Cyrano que trae a León?

—Es un Cyrano muy ágil. Hemos vuelto a los orígenes, a Edmond Rostand, para hacer nuestra adaptación. Lo que nos preocupaba era contar esa historia conocida pero que muy poca gente ha visto. El Cyrano del cine de Gérard Depardieu es de los años 90. Nosotros con siete actores montamos los cinco actos. Tiene ironía, drama romántico, duelos de espada y una música original preciosa.

—¿Ha sido alguna vez presidente de su comunidad?

—Una vez y muy poco tiempo, porque nos administramos bien en mi edificio y no tenemos grandes problemas. Cuando venía alguien de fuera y preguntaba por el presidente y abría yo la puerta, parecía una broma.

—Escribió el guion del cortometraje ‘Entre cartones’. ¿Sigue escribiendo?

—Sigo y seguiré. Escribo para mí, por una necesidad. No tengo afán de hacerlo público. Me sirve de terapia. Tengo otros guiones, sobre todo para cortos, pero sin grandes metas. Me apetece disfrutar de mi trabajo sea en la parcela que sea. Prefiero que escriban otros que lo hacen mejor.

—Usted es la voz de Buzz Lightyear, Ralph Finnes... ¿El doblaje está poco valorado?

—Cumple la misión que cumple. Sacar del anonimato ciertas cosas es un error. Desde que volví a la televisión me planteé si debía seguir haciendo doblaje. Hoy en día que puedes poner una película en versión original con los subtítulos en el idioma que quieras... hay que hacerlo muy bien. Soy defensor del doblaje bien hecho.

—¿Conoce León?

—Sí. Es una ciudad preciosa.

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