Dulce Chacón rescata la memoria de las mujeres que perdieron la guerra

Son mujeres que perdieron dos veces. Perdieron primero la guerra y luego los derechos que habían ganado trabajosamente. Pero no perdieron la dignidad que pretendieron minar los vencedores que las recluyeron en las duras cárceles franquistas. A esas mujeres dignas, solidarias y enmudecidas por una represión feroz les devuelve la voz y la memoria Dulce Chacón (Zafra, Badajoz, 1954). La escritora publica La voz dormida (Alfaguara), una conmovedora novela construida a partir de testimonios reales de aquellas perdedoras, que fueron, novias, madres, soldados en el frente, guerrilleras o maquis. «Esta mujeres perdieron la guerra y los derechos civiles que habían conquistado con enorme esfuerzo en la Segunda República y en los primeros compases de la guerra», explica la escritora, que ha buscado los testimonios de esta mujeres que se negaron a ser de nuevo «el ángel del hogar, el descanso del guerrero y quien curara las heridas», como pretendían los vencedores. «No se contempló que eran mujeres heridas y que también necesitaban curas y descanso, que necesitaban reparar la dignidad con la que lucharon», se duele Dulce Chacón.