Diario de León

CÉSAR GAVELA ESCRITOR

«Mis referencias son leonesas y toda mi literatura nace de ahí»

El leonés César Gavela (Ponferrada, 1953) acaba de publicar «El obispo de Cuando» (Muchnik), la novela que le valió el premio Torrente Ballester, donde relata la historia de un canónigo canario elegido obispo de una remota

León

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El obispo de Cuando formaba parte de una novela que César Gavela acaba de concluir, pero saltó de las páginas de ese libro y fue tomando vida propia, guiando al escritor por una difícil historia que discurre en el filo de la realidad y la ficción. Ganadora del premio Torrente Ballester de narrativa, la novela aparece ahora publicada por Muchnik. Gavela, licenciado en Derecho, asesor jurídico de la Generalitat valenciana y colaborador de Diario de León, reconoce -como Flaubert con Madame Bovary- que «el obispo de Cuando soy yo». -¿Por qué un obispo como protagonista de su novela? ¿Se debe a que en su infancia estudió en colegios de curas? -El personaje es un soñador y un hombre vinculado a las cuestiones ultraterrenas, por eso venía bien que fuera un clérigo. Tuve una leve experiencia en internados religiosos y creí en mi adolescencia que tenía vocación; puede que en la novela haya una reminiscencia de aquella época. Pero no es un libro religioso y el personaje podría haber tenido otra profesión. Es un libro irónico y hay una defensa de la memoria y de la imaginación. -En Galicia ya se han apropiado del territorio de Cuando, ¿dónde está situado? -Explícitamente no aparece en ninguna parte del libro, sólo que es una diócesis fronteriza que linda con Portugal. Viví un año en Astorga en el seminario y me embebí de ese mundo clerical del que pronto me desinteresé. Si alguien de Astorga lee la novela, es probable que tenga elementos para deducir que ocurre allí. No quería citar a Astorga, porque también hay algo del Bierzo. El nombre de Cuando es un juego de tiempo y espacio. La diócesis de Astorga ocupa parte de León, Zamora, Orense y, en tiempos, una zona de Portugal. En mi novela aparece una Astorga berciana, de los años 70, justo cuando estuve yo. -Pessoa, Miguel Torga, incluso Borges, desfilan por su libro... -Me gusta la literatura atlántica, escritores como Cortázar, Bioy Casares, Torrente, Cunqueiro, Pessoa... Es un guiño al lector, son gentes que pasan por el libro. -¿Ha pensado vivir de la literatura? -De los escritores que más admiro, ninguno de ellos ha vivido de la literatura, como Borges, Rulfo, Cortázar o nuestro querido Luis Mateo. No me parece fácil, hay que vender muchísimo. Es una posiblidad remota. No lo es, en cambio, ir escribiendo y tener una vida cada vez más literaria. -Su novela tiene mucho de guión cinematográfico... -Tiene flash-back, como dicen en el cine. El obispo reconstruye su vida e inventa mitos, es un personaje que sueña y actúa con mucha libertad y es fiel al mensaje cristiano primitivo. Evidentemente, acaba mal, porque no puede ser tolerado por el poder. Aunque no se sabe si esto sucede realmente o es lo que él imagina. -También hay un homenaje a Lisboa... -El obispo tiene un sueño muy largo que le lleva a Lisboa, a una época anterior a la revolución de los claveles y también está en la Lisboa de Pessoa de los años treinta. Hay un homenaje a mis autores favoritos. El obispo va a Lisboa por una mujer, a la que ha conocido en Vigo. Es una mujer misteriosa que va a reapareciendo a lo largo del libro y el obispo acaba con ella. También es una historia de amor. -¿Por qué ha tardado tanto en publicarse? -Es un libro extremo y difícil. No es convencional. Hubo varios editores y el proceso ha sido lento. La edición que ha hecho Muchnik es muy bonita. -¿Está escribiendo algo? -Acabo de terminar Calle del reloj, que es más extensa y espero que se publique pronto. El libro se desarrolla en Ponferrada. Es la novela de la que se me desgajó El obispo de Cuando. -Vive desde hace más de 25 años a orillas del Mediterráneo y, sin embargo, su mundo literario está en El Bierzo y en el Atlántico, ¿por qué? -Vivo en Valencia muy a gusto, aunque donde escribo es en Oropesa. Necesito distanciarme de la época y del lugar para escribir. Mis referencias son leonesas y mi literatura nace de ahí. Esperaba poder escribir algún día sobre Valencia, pero no he sido niño ni adolescente aquí, por eso me resulta más natural mi territorio natal. Vargas Llosa vivió un año de niño en Piura y de ahí salieron cuatro novelas. El Bierzo, La Bañeza y Astorga son mis raíces. En El obispo de Cuando descubrí una parte de mi infancia en la que quería ser misionero; en la nueva novela, hay parte de mi adolescencia. La memoria es lo que fecunda la imaginación; y la de la infancia y adolescencia, fundamentalmente.

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