El actor cordobés Rafael Álvarez «El Brujo» representa esta noche en el Teatro Emperador la obra de Darío Fo «San Francisco, Juglar de Dios»
El alma de un fraile revolucionario
La figura de San Francisco de Asís, el fraile que desafió con su voz discordante a la todopoderosa iglesia de Roma, es desmenuzada con acierto y sabiduría en San Francisco, Juglar de Dios, una obra de Darío Fo que esta noche, a las 21 horas en el Teatro Emperador, escenificará el actor cordobés Rafael Álvarez El Brujo. Fiel a sus principios literarios, el Premio Nobel de Literatura mantiene en sus textos teatrales su clara y precisa denuncia política, y su estudio e investigación de la tradición en la comedia popular. Mientras que en la década de los 80 se cuestionaba la realidad de una Italia desestabilizada democráticamente, en obras como Muerte accidental de un anarquista, La mueca del miedo o Aquí no paga nadie, la influencia de su mujer Franca Rame le llevó a escribir, en los años 90, textos que denunciaban el autoritarismo, la injusticia y la discriminación que rodean la condición femenina. Pareja abierta o Tengamos el sexo en paz son algunos de los éxitos teatrales que pertenecen a esa etapa. En San Francisco, Juglar de Dios, su última obra, el autor de Manual mínimo del actor nos hace profundizar en la figura del Santo que desafió a la opulenta curia romana ocupandose más del bienestar físico del pueblo que del estado de sus almas. Este personaje marginal, maltratado históricamente, que vivía como un desclasado hablando con los animales y los astros, se nos presenta en su faceta más interesante y contemporánea; un auténtico revolucionario moral actuando como un juglar que mezcla la fe con el deseo de desenmascarar hipocresías e intereses. Carla Matteini ha sido la encargada de traducir y revisitar una obra con la que El Brujo vuelve a dar muestras de su valía sobre las tablas. Todos los premios teatrales posibles adornan la trayectoria de un intérprete, comprometido también con las labores de producción, que ha trabajado en teatro (El horroroso crimen de Peñaranda del Campo, La taberna fantástica, Lazarillo de Tormes, El Avaro, Arcipreste), en cine (El crack, Alma gitana, La duquesa roja, Niño nadie, Pajarico), y en televisión (Vísperas, Brigada central, Juncal, Maquinavaja), Rafael Álvarez ha dado muestra de su talento actoral y su arrolladora presencia escénica manteniendo unos principios artísticos que no siempre se llevan bien con la comercialidad. Tras ver al propio Fo representando la obra en Roma, decidió traer a España un montaje que cuenta con la escenografía original ideada y realizada por el autor, así como las canciones que se intercalan en una banda sonora integrada por una selección de música popular italiana. La fuerza, la ironía, el humor, la belleza y la capacidad poética de las obras de Darío Fo tienen un nuevo punto de encuentro en una obra que nos presenta a un juglar, adelantado a su tiempo, que dedicó su vida a buscar obstinadamente la verdad. Un hombre libre y valiente que, hasta hoy, nos era casi desconocido.