Diario de León

Al borde de la mayoría de edad

«Escribo porque me libera de todo»

Las noches que pasó en vela le dieron para un libro. Héctor Álvarez Rodríguez es un joven leonés de 17 años que irrumpe en la literatura con un golpe sobre la mesa en el mundo editorial. Él lo lleva con tanta tranquilidad que más que pensar en lo que escribió, pone la vista en lo que le queda por escribir.

Héctor Álvarez Rodríguez, poeta leonés de 17 años, ha sorprendido en el mundo editorial con un primer libro titulado ‘Las noches que pasé en vela’. MARCIANO PÉREZ

Héctor Álvarez Rodríguez, poeta leonés de 17 años, ha sorprendido en el mundo editorial con un primer libro titulado ‘Las noches que pasé en vela’. MARCIANO PÉREZ

León

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A punto de la mayoría de edad, Héctor Álvarez Rodríguez (León, 2004) ha hecho una obra mayor: Las noches que pasé en vela (Eolas), un poemario breve pero de intensidad arrebatadora. Cuando lo prosaico le abrumó huyó en verso hacia lo poético en su particular poesía de su liberación, que es esto último lo primero que dice que siente cuando escribe. Y más, cuando escribía en una primera etapa, porque ahora hay ya una dinámica de escritor que hace que este libro no sea sólo un hito en su vida sino un venir para quedarse en el mundo literario. «Mi forma de liberarme es la escritura», asegura en una plaza leonesa, al aire libre de la mañana, en estos tiempos en los que casi todo se soluciona atándose.

Hechas las presentaciones, libro, autor, poesía intimista y de paisajes simbólicos, lo que hay en Álvarez Rodríguez se parece luego a lo que es cualquier chaval de su edad. Es decir, buenas noticias para el gremio porque este poeta tiene más look de deportista que de letraherido con bufanda. «Me da vergüenza que me lean, aunque cuando me dicen que les ha gustado sí que siento satisfacción», afirma. Y luego da paso a un encantador despiste cuando se le pregunta por esa sensación irrepetible que debe de ser cuando un autor ve su obra en un escaparate, y ya no es suya sino del lector y entonces de verdad es cuando surge la magia. Será la bohemia: «Más que sentir algo, lo que me pasó fue que iba a comprar unos libros para mi y me llevé la sorpresa de que el mío ya estaba en el escaparate...», asegura.

Alguien moverá esos hilos invisibles, como empezó a agitarlos su abuelo, que es el que da ese primer paso de por qué esto escrito en un cuaderno, a bolígrafo, no estaba en un libro. A partir de ahí surge la historia de Las noches que pasé en vela .

El caso es que este artefacto, frágil y potente en forma de libro, está teniendo un éxito tal entre los leoneses (se vende en León, principalmente) que ya hay más de doscientos ejemplares circulando por las manos y los ojos de estos lectores que el joven Héctor capta sin querer. «No pienso en llegar a tener muchos lectores, aunque sí que tengo la necesidad de escribir», afirma. Y en este momento, lo que es seguro en Álvarez Rodríguez es que a cualquier hora de hoy se sentará a ver qué se puede escribir.

Fomentar la lectura

Aunque no se le ve con necesidad de protagonismo sí que piensa que la lectura puede ser una alternativa a lo que los chicos de su edad casi reservan en exclusiva al móvil. «A veces, al llegar a entrenar, o en los descansos entre clase y clase yo estoy con un libro y te miran. Pero, la verdad, es que con pocos amigos hablo de esto de los libros», relata. Y es una pena porque sería sacar a colación todo un Baudelaire, y su Las flores del mal , y darle a la poesía contundente.

Afirma que «no sé por qué, pero me siento más atraído por la poesía de autores de fuera», deja en el aire como una incógnita que se desvela por la calidad de lo que lee. Él está en el camino. Empezó a escribir a los 14. Tiene 17 y un libro. Y, por cierto, lo primerísimo que escribió está en el contenedor de papel. Lo confundió con unos apuntes de clase.

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