El vuelo de la imaginación

La histórica villa de Sahagún recibe estos días la visita del pintor leonés Enrique Rodríguez García (Prado de la Guzpeña 1964), que presenta allí una amplia muestra de sus últimos trabajos. El artistas, que reside en Almanza, tiene ya una larga trayectoria dentro del mundo artístico, siendo innumerables sus exposiciones colectivas y muchas las realizadas de forma individual. Su pintura se identifica por la impronta de la personalidad y por la desbordante imaginación del autor. «Aunque -dice- mi pintura puede fácilmente ser adscrita a la temática y modos surrealistas, no creo que sea posible encasillarla en ninguna tendencia plástica, creo que, además, no conviene hacerlo, ya que no es la dinámica de estos tiempos, donde lo importante es rescatar el valor de la individualidad. Concibo mi pintura como un ejercicio de libertad, de creación desinteresada. He bebido de muchas fuentes y en ella se pueden encontrar detalles que recuerdan a muchos pintores. Y esto no puede ser de otra manera, ya que todo individuo es fruto de su pasado, de todas sus vivencias y visiones, de las vividas y las transmitidas con el devenir de las generaciones». Enrique Rodríguez ha expuesto recientemente en la localidad montañesa de Cistierna y ahora en Sahagún, y justifica así la cercanía territorial de estas muestras. «Creo que no sólo debe uno mirar y buscarse la vida de puertas hacia fuera. Está bien intentar recorrer mundo y salir lo más lejos posible, pero también es necesario sentirse bien en tu tierra y mostrar a tus paisanos lo que estás haciendo. Colaborar en todo lo que sea posible para mejorar la oferta cultural de las zonas donde vives y trabajas y que no siempre se encuentran favorecidas culturalmente». En la exposición que hasta el próximo día 30 de diciembre permanecerá abierta en el Auditorio Carmelo Gómez, de Sahagún, se puede contemplar una veintena de obras realizadas por el artista en el presente año. En ellas el pintor continúa explorando su abigarrado universo simbólico, donde la imaginación construye una realidad nueva, un mundo soñado, propio y personal.