«San Miguel de Escalada significa el verano total»

El Patrick Swayze del Ghost de ahora se pasaba los largos veranos de su infancia jugando en el campo y en el río en San Miguel de Escalada. Aquellos tiempos de más de mes y medio en León aún viven en la memoria de Ricky Merino, actor, cantante, presentador, en definitiva, un todoterreno escénico. El mallorquín, tras los avatares clásicos de haber pasado por Operación Triunfo , vive ahora un momento artístico dulce y estable lleno de proyectos. De hecho, por primera vez pisará unas tablas leonesas cuando llegue con Ghost (14 al 17 de abril. Auditorio) el flamante musical en el que comparte papel protagonista alternándose con David Bustamante. Así se le puede ver en escenas históricas del cine, en este caso con Cristina Llorente, la por cierto vallisoletana para que haya más vecindad, que interpreta el papel de Molly, esto es el personaje al que dio vida Demi Moore.

No es un déjù vu al uso pero todo lleva a un pasado reconocible: el pueblo y las películas de época... Y entre medias este casi leonés nacido en Mallorca hace 35 años. «Saber que voy a actuar en León es algo que me motiva y emociona mucho. Toda la familia por parte de mi padre vive en León», advierte, señalando esa sensación que es mucho más que un aliciente. Y es que recordando los primeros años de su vida se puede plantar en esos primeros 90 que coinciden con el estreno de Ghost . «Trabajar en un musical así es curioso. Porque es un éxito de otro tiempo, que funciona ahora por lo que es: una historia de amor, un héroe clásico, ese amor universal...», responde a la pregunta de cuáles serían las claves para que un título incontestable, eso sí, pero que tiene 30 años, mantenga su fuerza y soporte con creces la prueba del algodón de los musicales: cinco meses de éxito en Gran Vía, el Broadway español.

El Sam Wheat que interpreta Merino le sirve para dar rienda suelta a su talento actoral, que completa con su indiscutible vocación de cantante. «En el musical puede que actúe más que cante», confirma acerca de su papel en un conjunto actoral que compone Ghost , un musical que no defrauda por que conserva las esencias de la película pero que añade magia, música y toda la espectacularidad de estos proyectos que han logrado que el musical en España viva una edad de oro.

Además de trabajar en este título emblemático, Ricky Merino, precisamente por el hecho de compartir papel con David Bustamante (huyan los amantes de la polémica porque se llevan bien. Aquí no hay lucha de egos), puede compaginarlo con su faceta de músico. «Son cosas diferentes. En Ghost formo parte de un equipo. Con mi música dependo más de mi mismo y eso me da más libertad artística. Con la música defiendes más quién eres tú. Y el hecho de ser un personaje alternante es lo que me permite seguir con las dos cosas. Así que lo prefiero. Es una cosa muy buena», asegura.

De hecho, ayer Merino hablaba con este periódico desde Santiago, antes de volar a Madrid para hoy estar en Murcia. Este de aquí para allá no tiene que ver por tanto con aquellos veranos en los que San Miguel de Escalada era el campamento base durante medio verano. «Pasaba una parte en la playa en Mallorca y luego me encantaba ir a San Miguel de Escalada porque todo era diferente. Era el verano total. Era estar todo el tiempo en la calle, en el río, en el campo. Disfrutábamos mucho», cuenta Merino, que ubica también ese kilómetro cero de los veranos de su infancia: «Mi casa, la de los Urdiales, al lado de la de los Carnero. Ahí empezaba todo», rememora.