Diario de León

El plástico elevado a arte por un leonés en Londres

Enrique Perezalba Red expone su última obra en cerámica esmaltada en la singular casa American Preston Fitzgerald

Enrique Perezalba Red en la sala donde expone su colección ‘Ode to Plastic’. DAN FONTANELLI

Enrique Perezalba Red en la sala donde expone su colección ‘Ode to Plastic’. DAN FONTANELLI

León

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Una diminuta botella de plástico es el punto de partida de la Oda al Plastic (Ode to Plastic) que el artista berciano Enrique Perezalba Red (Toreno. 1972) expone en la singular casa del coleccionista American Preston Fizgerald hasta el 6 de noviembre.

El resultado es una colección de 30 piezas, la mayoría 35 centímetros de altura y unas pocas de hasta 65 centímetros, que elevan a categoría de arte lo desechable a través de otro material y de un proceso creativo largo, lento y laborioso. En su taller ha dado el salto del producto industrial y funcional a la obra de arte. Y de lo pequeño a unas dimensiones que hacen sentirse pequeños a quienes contemplan la obra.

Cuando Perezalba empezó a coleccionar estos pequeños envases, cuya funcionalidad va desde unidosis de gel de baño a la salsa de soja para el sushi, desconocía la historia que iba a descubrir tras sus diseños aparentemente contemporáneos. Resultó que muchas eran copias de botellas cerámicas del siglo XVII y el artista se propuso realiza el proceso a la inversa. Convertir el plástico en piezas de cerámica contemporánea en un viaje de vuelta por encima del tiempo y de los usos. Este proceso creativo, muy lento. A los esmaltes incorporó otra idea inspirada de los palets de madera que se usan para transportar los jarrones y piezas de cerámica en los países asiáticos. Con maderas nobles y la colaboración de un ebanista, Enrique Perezalba Red reprodujo estos envases en los que la pieza cerámica encajan a la perfección.

A través de Ode to Plastic. An exhibition by Enrique Perezalba Red. Contemporary ceramics in a lifesize cabinet of curiosities , el artista ha planteado un desafío al arte de la cerámica, al poner al límite la capacidad del material para soportar cocción tras cocción, asumiendo perder más piezas de lo que es habitual, hasta conseguir un esmaltado que ha logrado elogios por su excepcionalidad. Son piezas únicas por el fuego y la química de los esmaltes.

«Es un proceso muy orgánico que se ha ido a construyendo desde 2019, investigando, quitando su funcionalidad a un objeto, que es exactamente lo que se hace hoy en día cuando pones objeto en un museo o una vitrina», explica.

Cuando trabajaba con el ebanista, veía el objeto de cerámica como a través de una ventana y empezó a indagar por qué se enmarcan los cuadros. «Originalmente, tenían la función de protegerlos, pero con el tiempo los marcos se convirtieron en piezas tan o más importantes que la obra de arte», explica.

El marco también es una forma de «sacar el cuadro de este mundo y elevarlo y eso es lo que he hecho con las piezas de cerámica» ‘encarmadas’ entre las maderas nobles que se han inspirado en los palets.

Las cuatro botellas en las que ha hecho este juego suponen para Enrique Perezalba Red la «el producto final de la colección». El artista, que ha recordado en este proceso su afición infantil por coleccionar pequeñas botellas, también ha desplegado otra de sus facetas creativas, la escenografía. Para resaltar la obra, ha envuelto en plástico negro la multitud de objetos que se exhiben habitualmente en el salón. «Son cosas que llevaba dentro y que han salido de manera inconsciente. Se ha ido incubando poco a poco», subraya. Este trabajo más cercano a la cerámica tradicional contrasta con el otro trabajo que realiza, más escultórico. Pero siempre con la impronta personal de un artista que no teme ir contracorriente.

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