Por qué la Catedral de León es única en el mundo
La suciedad, mucha de ella acumulada desde el incendio de 1966, restó esplendor al arco de triunfo de la Pulchra, ahora en restauración

La limpieza del trascoro saca a la luz su verdadero valor: es de alabastro blanco y dorado.
Parecía de piedra gris, pero es de alabastro blanco y dorado. La suciedad ha restado espectacularidad al trascoro durante décadas, una de las obras maestras que encierra la Catedral de León. Poco a poco, los restauradores le están ‘sacando los colores’ a un arco de triunfo monumental. Teóricamente, en julio —cuando concluye el plazo de ejecución de los trabajos, iniciados en octubre— se podrá contemplar el trascoro como no se ha visto hasta ahora.
El incendio de la cubierta de la Catedral en 1966 contribuyó a ennegrecer esta joya renacentista, proyectada en el siglo XVI por Juan de Badajoz y ornamentada por Juan de Juni, entre otros grandes maestros.
El arco de triunfo prácticamente no se ha tocado en cinco siglos. Además del polvo, que había invisibilizado la luminosidad del alabastro, los dorados policromados y los detalles de sus tallas, sufría otras patologías, como grietas, mutilaciones y policromías craqueladas. Buena parte de los ‘males’ son consecuencia de la ‘mudanza’ del trascoro en el siglo XVIII.
El traumático traslado en el año 1746 desde el presbiterio y su nuevo montaje en la nave mayor, donde ha permanecido hasta la fecha, dejó numerosas secuelas. La reinstalación provocó «uniones mal encajadas, numerosas roturas y pérdidas matéricas», según el informe firmado por Susana Alcalde Amieva, subdirectora general del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), que asume la restauración, por 420.699 euros.
Los trabajos de restauración, adjudicados a la empresa madrileña Talleres de Arte Granda, incluyen una intervención integral mediante estudios exhaustivos, aspirado, limpieza físico-química, tratamientos específicos para la madera y reintegraciones de elementos perdidos. Además, se instalará un nuevo sistema de iluminación para realzar el conjunto.
El IPCE se tomó cuatro años para llevar a cabo analisis y estudios previos, que detectaron algunas «tropelías», como un sistema de cableado eléctrico fijado al trascoro, retirado durante la fase de investigación por el equipo de mantenimiento de la propia Catedral. Las sibilas de madera, el crucificado, los ángeles que acompañan a la Asunción y todas las esculturas con peligro de caída serán desmontadas.

Rastauración del trascoro de la Catedral

Rastauración del trascoro de la Catedral

Rastauración del trascoro de la Catedral
