Diario de León

La ajetreada historia del palacio de Villasinda

Patrimonio «ve bien» que se conserven las fachadas del edificio erigido en el siglo XVII por el mismo arquitecto que diseñó la Plaza Mayor

El palacio de los marqueses de Villasinda, en la calle Ancha, esquina con la calle del Cid.

El palacio de los marqueses de Villasinda, en la calle Ancha, esquina con la calle del Cid.marciano pérez

Verónica Viñas
León

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Los ‘veredictos’ de la Comisión Territorial de Patrimonio son inescrutables. Permitió construir sobre los Principia (cuartel general de la Legio VII) —aunque luego tuvo que dar marcha atrás—, pero prohibió una escalera de acceso a la muralla tardorromana en el tramo que discurre por Era del Moro con el fin de hacer ‘peatonal’ el adarve. Ahora acaba de sentenciar que «le parece bien» conservar las fachadas del Palacio de Villasinda, ubicado en la calle Ancha, esquina calle del Cid.

Es más, Patrimonio ha considerado «adecuada» la iniciativa para modificar la regulación urbanística de protección de este palacio, diseñado por Francisco Piñal, arquitecto también de la Plaza Mayor entre los años 1668 y 1676. Blindar el palacio supondrá impedir reformas indeseadas de un inmueble renacentista cargado de historia.

El edificio no era originalmente tal y como lo conocemos. El palacio sufrió un colosal incendio en 1907, del que solo sobrevivieron los dos torreones y algunas piezas singulares.

«En la reconstrucción, el arquitecto Juan Crisóstomo Torbado siguió dos estrategias completamente diferentes. En la fachada a la calle Ancha levantó un nuevo cuerpo central, con muro de fábrica de ladrillo a cara vista y disposición vertical, que contrasta abiertamente con sus escoltas laterales, a los que se equipara en altura, desfigurando su naturaleza original, de elementos sobresalientes, que ahora quedan empequeñecidos. Paradójicamente, Torbado recrea algunas características de la fachada principal en la secundaria, a la calle del Cid, aunque la escasa latitud de este vial no facilita precisamente una contemplación completa de la totalidad del alzado», explica el arquitecto Luis Algorri en su Guía de Arquitectura de León.

En 2017 la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), conocido también como el «banco malo», porque se quedó con los activos inmobiliarios tóxicos para salvar la reestructuración bancaria, puso a la venta el palacio de los marqueses de Villasinda por 2,9 millones de euros.

La leyenda del fantasma

El edificio, según la leyenda, está habitado por el fantasma de una temible mujer de desmedidos instintos sexuales y criminales. El palacio fue propiedad de Alonso Enríquez de Acuña, conde de Valencia de Don Juan, en cuya heredad de Alcuetas vivió Pamela-Leonor, depredadora sexual que arrojaba a los mozos, después de acostarse con ellos, a una trampa erizada de clavos, hasta que uno de llos la arrastró con él hasta el foso. En los años 40, los clientes del Hotel París —entonces ubicado en el Palacio de Villasinda— hablaban de pasos y de una mujer que se paseaba por su habitación.

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