«Nández tendría que haber estado entre los tres primeros»

-Tras su éxito televisivo, su caché se habrá disparado... -Estoy pensando en volver por placer a las pasarelas de París y Milán para ver otra vez a mis amigos Gaultier, Dolce y Gabbana. Pero mi profesión ya es otra. -¿Cómo vivió la final de la segunda edición de «OT»? -Fue algo fantástico. Nos vieron más de siete millones de personas. -¿Le sorprendió que Nández no quedara entre los favoritos? -Nández me recuerda a Manu Tenorio; va a triunfar de todas formas. Quizá tendría que haber estado entre los tres primeros, pero también Hugo y, en realidad, todos ellos. Sin embargo, la audiencia decide. Ainhoa se lo ha currado mucho y merecía ganar. -No le chocó el resultado? -No tanto, porque iba siguiendo la votación. Canarias se volcó con Ainhoa por ser amiga de Tony Santos. -Ella no ha tenido un camino de rosas en la academia. -Ainhoa no se corta, dice las cosas a la cara, y al principio la gente no la apoyaba porque creían que era borde. Pero es un trozo de pan. -Sinceramente, ¿quién desearía que fuera a Eurovisión? -Yo sólo digo que gane España. Lo importante es que la canción sea buena. Luego, que decida el público. Y que en Eurovisión no se voten los nórdicos entre ellos y nos dejen fuera otra vez. -¿Presentará la tercera edición de «OT»? -Espero que me llamen, pero los que deciden son los jefes. Yo nunca he pedido un trabajo a nadie, y nunca lo haré. -¿Cuáles son sus planes inmediatos? -Volver a casa, porque Mónica Hoyos, mi novia, ya ni me conocerá. -¿No estaban separados, como se ha dicho? -Se han dicho muchas cosas, pero todo es mentira. -¿No se habían dado una tregua? -Treguas nos hemos dado muchas, pero como todas las parejas. Ahora estamos bien. Ya sé que me van a decir que ya es hora de pensar en tener niños y esas cosas, pero todo llegará. -¿Cuánto tiempo lleva sin ver a su novia? -Nos hemos estado viendo un día a la semana, como mucho. Pero estamos bien, no hay crisis. Como todas las parejas, discutimos, pero, precisamente en este momento, no ha pasado nada. El día que estemos mal, lo diremos. -¿Hay boda a la vista? -No sé, ahora mismo diría que sí. Pero a lo mejor mañana me levanto y no lo veo. A ella le pasa lo mismo. Es igual que yo. En la relación no soy yo el que mando. Manda Mónica mucho más; ¡menuda es Mónica!. -¿Cómo está ella tras el accidente de automóvil? -Un poco fastidiada del cuello. Ha sufrido un esguince y tiene dolores, sobre todo, por la noche. Vaya mala suerte. Le dieron por detrás, en el buen sentido de la palabra, y le fastidiaron. Pero está bien, animada y trabajando. -¿Ha hecho de «celestino» con alguna pareja de «OT»? -Sí, algo ha habido, pero no voy a decir con quiénes. Parejas hay muchas. Tienen veinte años, si no lo hacen ahora... Que se diviertan y se acuesten unos con otros, claro que sí. -¿Se ha encariñado tanto con estos concursantes como con los primeros? -Como presentador, doy el cariño que recibo -¿Y esta vez se ha sentido menos querido? -No, pero quizá hubo más cercanía con los de la primera edición, porque se abrieron más. Pero a mí Ainhoa me encanta por su forma de ser, y me encanta la personalidad de Hugo. Yo les respeto a todos. -¿Ahora le esperan unas largas vacaciones? -No puedo estar de vacaciones mucho tiempo, porque me estreso. -¿Ha notado estos meses el cariño del público? -Mucho. Y es que, quizá esté mal que yo lo diga, pero una parte importante del programa es el presentador. OT es un espacio muy complicado; son tres horas en directo en las que pueden pasar muchas cosas.