Diario de León

Poeta

'El monasterio no es la ruina, lo clerical o caduco, sino un espacio para reflexionar'

Antonio Colinas con la antología dedicada a Alberti, «Los bosques que regresan»

Antonio Colinas con la antología dedicada a Alberti, «Los bosques que regresan»

León

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Acaba de reeditar su emblemático Viaje a los monasterios de España, agotado hace tiempo y en el que ahora añade dos nuevos capítulos y un poema. El escritor leonés lo presentará en su ciudad natal, La Bañeza, el día 26. Además, ha publicado una antología de sus cuentos con siete inéditos, titulada Huellas; y en otoño aparecerá una recopilación de sus textos en Ibiza, Los días en la isla. -Ha reeditado «Viaje a los monasterios de España», tal y como explica en el prólogo, porque no renuncia a nada de cuanto ha publicado en el pasado... -Aunque en su día fue un libro de encargo -por Planeta y TVE-, pertenece a ese apartado de libros viajes, como La llamada de los árboles o A orillas del Órbigo. -¿Por qué ha añadido dos capítulos nuevos? -Se edita como en la primera edición, pero sí he añadido dos capítulos y un poema. Dos capítulos sobre dos monasterios, los de Batuecas y Peña de Francia, que los he conocido más tarde; y el de La Bañeza, porque está en la memoria histórica de los bañezanos. -¿Los libros de viajes han caído en desuso? -En desuso, sólo los de este tipo, de vena lírica, en los que el viaje tiene un sentido más ambicioso, por lugares secretos como las ruinas de los monasterios. Ahora acabo de terminar un libro que escribí con motivo de mi viaje a China hace dos años, La simiente enterrada , que es más un viaje literario internacional, mientras que el otro está en una órbita menos noticiable. Es un libro escrito con lentitud. Hay una estética del lugar donde se vive la intrahistoria y una atmósfera para reflexionar. -¿No ha pensado hacer un libro de viajes por León? -Tengo ya A orillas del Órbigo. Alguna vez he estado a punto de escribir sobre La Cabera, pero, al final, no ha cuajado. Pero León sí está presente en todos mis libros como referente a las raíces. -¿Escribe ahora con más facilidad que en sus comienzos? -Seguramente, sí. Hay más profesionalidad. De lo que se trata es de que el texto haya sido sentido, algo natural y no forzado. Hoy el estilo se ha hecho más ligero, más sutil y sencillo. Es un proceso por el que ha pasado también mi poesía. -La poesía, pese a todo, vive ahora un momento dulce, con tiradas incluso de 10.000 ejemplares... -Hoy la poesía está mejor que en tiempos pasados, porque se lee más, hay una mayor presencia de libros de poesía en las ecuelas, más colecciones... Los lectores de poesía son un misterio. Sabemos que hay más lectores interesados en la poesía de los que indican las tiradas. -¿Cuántas horas escribe al día? -Depende. Cuando estoy trabajando en un libro, lo hago con intensidad, sin horarios. A veces, incluso, te despiertas por la noche para terminar un poema. Pero, normalmente, dedico las mañas a escribir. -¿Le preocupan los jóvenes lectores? -Sí, porque son la clave de los futuros escritores y, por otra parte, la base de los futuros lectores. Es muy difícil que nazca un lector que no lo fuera ya en la adolescencia. Los enseñantes tiene la gran responsabilidad de hacer amar los libros. -¿Por qué le atraen tanto los monasterios? -El monasterio no es la ruina, lo clerical, lo caduco o la muerte, sino ese espacio en el que, en último extremo, nos escuchamos a nosotros mismos. Son lugares muy ligados a la naturaleza, muy solitarios... espacios en los que podemos reflexionar. -¿Tiene vocación de soledad? -Sí. He vivido 21 años en una isla; y diez, sin teléfono. En todo momento he hablado de soledad solidaria. Nunca he rehuido el contacto con los demás. La soledad no es tanto un silencio como un estado de ánimo. -Se cumple ahora el centenario de Alberti, al que ha dedicado una reciente antología, ¿qué le debe a Alberti? ­-Alberti me ha hecho trabajar bastante. El libro al que más tiempo he dedicado (ocho años) es Rafael Alberti en Ibiza ; además está esta antología, Los bosques que regresan, que es un complemento del anterior y que a mí me sirvió de aproximación al tema de la Guerra Civil. La historia no hay que olvidarla, pero hay que superarla. -¿En la literatura también triunfan los mediocres? -Por supuesto. Sobre todo, en estos tiempos, en los que la literatura no es un fruto sino un producto, en serie y para consumir deprisa. -¿Qué opina del fenómeno «Harry Potter» y de la concesión del Príncipe de Asturias a la Concordia a su autora? -Estoy a favor de esta concesión. Supone el regreso de millones de niños a la lectura. En la última década había una incitación hacia el mundo de la imagen y con los libros de Harry Potter los niños han vuelto a la lectura y han pasado de estos libros a otros.

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