Diario de León

Periodista y escritor

«Vivimos de espaldas a un territorioen el que está nuestra civilización»

El director de reportajes de la Agencia Efe, el leonés Tomás Álvarez, presentará esta tarde en el Club de Prensa de Diario de León su novela «El búcaro de azucenas»

El periodista y escritor leonés Tomás Álvarez

El periodista y escritor leonés Tomás Álvarez

León

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El escritor leonés Tomás Álvarez, director de reportajes de la Agencia Efe, presenta hoy, a las 20.00 horas en el Club de Prensa de Diario de León, su novela El búcaro de azucenas. El acto será presentado por el catedrático y editor Rogelio Blanco. -¿Cómo fraguó la novela? -En 1992 sufrí una grave enfermedad. Estuve hospitalizado y perdí un riñón. Entonces, decidí hacer el Camino de Santiago en bicicleta. No lo hice todo, sólo Castilla y León; el resto, en fines de semana. Entonces escribí El Camino de Santiago para paganos y escépticos , una guía muy personal y nada beata. Descubrí que la mayoría de las guías están hechas por gente que no conoce el Camino y contienen muchos errores. Me di cuenta de que el Camino es sumamente atractivo. Entonces me planteé hacer una novela del Camino, centrada en León y en la Catedral. -¿Es un apasionado del género negro? -No. Lo he utilizado para enganchar al lector. La novela es casi un libro de arte. La verdadera protagonista es la Catedral. -¿Qué le impactó más del Camino de Santiago? -El Cebreiro. Me gustó tanto que volví a contemplarlo al amanecer. También he vuelto a otros lugares que me impactaron. -¿Qué ha descubierto del Camino? -Me gusta la historia y el arte. Vivimos en un mundo urbano, de espaldas a un territorio en el que está nuestra civilización. En el Camino encuentras hasta los afectos. -¿Cuánto tardó en escribir la novela? -La escribí a saltos en un año. Luego se la dejé leer a varios amigos. Llevaba cinco años sin tocarla cuando me la pidió la editorial. -¿Le gusta más el periodismo o la literatura? -Me gusta mucho el ensayo. Me encanta hacer cosas con cierta creatividad. Por esto me gusta el arte. También pinto. -¿Ha expuesto alguna vez? -La pintura es un secreto, al igual que mis novelas. Tengo varias sin publicar. La literatura y la pintura son una terapia. Mientras bombardeaban Irak hice mi propio cuadro de la guerra a partir de la foto de una mujer. -¿Cuáles son sus referentes literarios? -Novela leo poca. De vez en cuando releo a los clásicos de la antigüedad. Cuando Homero habla del campo, yo me identifico con ese campo. Me gusta esa literatura básica del hombre. -¿Por qué el título de «El búcaro de azucenas»? -El búcaro es un símbolo de la Catedral. Las catedrales góticas son un gran elemento de comunicación; comunican los planes de salvación. En el gótico al cristiano lo recibe una virgen; aquí, la Virgen Blanca. Y el búcaro es una representación de la virgen. El búcaro es, además, una clave para investigar el crimen. -¿Podría hacer de guía en la Catedral? -Creo que sí. Recuerdo que cuando empecé la novela la girola estaba en obras. Estaban restaurando las pinturas de Nicolás Francés. En la Catedral me gusta hacer de guía, doy una explicación general y luego me detengo en algunos detalles, como el sepulcro de Martín el Zamorano. Hay muchos lugares en los que me gusta pararme. -¿Tiene pensada su próxima novela? -Estoy escribiendo una histórica, de época medieval. Trata de un joven criado de un monasterio de León que irá a Sevilla. -¿Echa de menos sus tiempos de corresponsal? -No. Ahora soy director de reportajes de la agencia Efe y todas las semanas escribo de lo que me apetece, por eso no echo de menos vagar por el mundo. Ya me he cambiado muchas veces de casa. -¿Cómo consigue tener tiempo para escribir una novela? -El tiempo hay que sacarlo de donde se pueda. Duermo siete horas. En casa pinto o escribo, pero sin perder mis relaciones con la familia y los amigos. -¿El público tiene los medios de comunicación que merece? -Los medios, en algún sentido, son resultado del público. Ejercen una formación tremenda sobre el ciudadano. Son una herramienta del sistema para activar las relaciones sociales y económicas. -¿Si tuviera que escribir sobre la boda del Príncipe? -Empezaría contando las historias de amor de su mujer, que no tienen por qué ser feas. Buscaría una óptica distinta. Tengo escrita una serie de cuentos, los tragicuentos, en los que para que algo ocurra tiene previamente que suceder algo doloroso. Me preguntaría hasta qué punto ser reina no es una condena...

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