Sampietro rechaza cualquier forma de censura
La actriz Mercedes Sampietro, presidenta de la Academia de Cine, expresó anoche varios deseos en la gala de entrega de los XVIII Premios Goya. Entre ellos, «un país sin guerras, sin violencia, en paz» y en el que «la libertad de expresión» sea un bien «de primera necesidad». Un bien de primera necesidad como «las ciencias, las letras, el arte», en un país «cuyos responsables -dijo- encajaran las críticas como nosotros las encajamos, amaran el cine como nosotros lo amamos y que tuvieran sentido del humor». Sampietro destacó la defensa «incuestionable» que hace la Academia de la libertad de expresión y mostró su rechazo «absoluto a cualquier forma de censura a las obras de creación». La presidenta de la Academia de Cine quiere una España «con una televisión tan atenta a los índices de audiencia como a los índices de decencia. Un país -siguió- que mimara a sus creadores, que los valorara como un lujo y no como un impuesto. Un país abierto de mente, plural de palabra, sin guerras, en paz». Fueron las palabras de Mercedes Sampietro en una gala presentada por la actriz Cayetana Guillén Cuervo y el actor mexicano Diego Luna, y con guión de Juan Luis Iborra, Antonio Albert y Alberto Maeso. Cayetana Guillén Cuervo recordó, al inicio, minutos antes de las once de la noche, que los Goya, que este año cumplen su mayoría de edad, los dieciocho años, han gritado «no a la guerra», han mostrado «sus manos blancas contra el terrorismo de ETA» y cantado el «Cumpleaños feliz» al Príncipe Don Felipe. Sampietro, que en su papel de anfitriona, recibió a los invitados a esta fiesta del cine español a la puerta del Palacio Municipal de Congresos del Parque de las Naciones de Madrid, entre ellos a la ministra de Educación, Cultura y Deporte, Pilar del Castillo, expresó otros muchos deseos, como que haya «trabajo para todos y cada uno de nosotros». «Trabajo continuo, de calidad. Trabajo en películas interesantes, con guiones profundos, divertidos, emocionantes, con papeles maravillosos, con tiempo y dinero para rodar, para montar, para promocionar. Trabajo hecho con ambición, con emoción. Sin censura, ni autocensura», fueron los deseos de Sampietro.