Bollaín: «Hay que escuchar a los grupos que atienden a las mujeres maltratadas»

Fueron siete Goyas, pero Iciar Bollaín sólo se quedó con el de mejor dirección porque el de guión original se lo dio a Alicia Luna, su compañera de fatigas a la hora de escribir la historia de maltrato que tantas satisfacciones le está dando, Te doy mis ojos, drama protagonizado por Laia Marull y Luis Tosar que arrasó en la que fue la XVIII edición de los Premios de la Academia de Cine de España. Sin soltar el busto del pintor de Fuendetodos que le convirtió en la mejor realizadora del 2003 y en la segunda mujer que consigue este reconocimiento por parte de la Academia -la primera fue Pilar Miró por El perro del hortelano -, Bollaín reconoció estar «levitando» por todo lo que le estaba pasando con la que es su tercera película como cineasta, trabajo que triunfó en el último Festival de Cine de San Sebastián y que partía como favorita en los recientemente entregados «Oscar» del cine español. Aunque no sabe si el reconocimiento de Te doy mis ojos cambiará el drama de la violencia de género, afirma: «Creo que se traducirá en que vayan más personas a verla para así acercar este problema a la gente, que era mi objetivo y, por lo que me dicen por la calle, se ha cumplido. Los siete Goyas alargará la vida comercial de Te doy mis ojos porque la gente que estaba dudando en ir al cine, pues ya no tiene excusa», expresa Bollaín, que ha puesto cara a la violencia de género y que no piensa tirar la toalla porque la cifra de muertes de mujeres muertas a manos de sus compañeros haya aumentado. «Al contrario, hay que seguir más que nunca. Dentro de lo terrible, la lectura positiva es que antes aguantaban diez años y ahora sólo dos. Lo que está claro es que hay que tomar medidas porque las asociaciones que trabajan con mujeres maltratadas dicen que sólo se ponen parches a un problema que es de primera magnitud». «Yo no sé que hay que hacer, pero las asociaciones que trabajan con estas víctimas sí tienen datos, por lo que hay que escucharlas y articular lo que proponen en forma de ley. Desde luego hay que dar más fondos y no recortarlos», manifestó la directora y coguionista de esta historia que se filmó en Toledo y en la que el Gobierno de Castilla-La Mancha se implicó económicamente. «He visto a José Bono muy feliz. La Comunidad Castilla-La Mancha, que cuenta con una política integral en violencia de género, aportó la tercera parte de la financiación de la película, que no está hecha para las mujeres maltratadas porque para ellas está historia siempre se quedará corta», reconoce Bollaín, que no ha olvidado que una de las mujeres que le contó su historia le llamó «cabrona» después de haber visto el filme. «Me preguntó por qué sabía yo tantas cosas del maltrato, y le dije que porque ella me lo había contado. Después de documentarnos sobre el maltrato, lo que más me ha impresionado es lo solas que están estas mujeres, que no cuentan su drama, incluso pasan años hasta que lo sacan. También impresiona lo que pueden llegar a destruir su autoestima porque los golpes físicos se curan, pero la pérdida de dignidad, la humillación...Y luego está el miedo a volver a caer en lo mismo. En la película, nosotras contamos que nuestra protagonista vuelve con él porque piensa que las cosas van a cambiar, no pierde la esperanza de que un día el señor que entre por la puerta no sea un cafre, sino el hombre del que se enamoró y con el que se casó», explica la galardonada directora, que también ha trabajado como actriz en varias películas.