Rania, introspección, inteligencia y dramatismo

Ha ha sido, a lo largo de 47 años de carrera, el caballo de batalla de Raina Kabaivanska, una obra en la que puede desnudar su alma sin perder el sentido de la realidad escénica y donde sus limitaciones canoras quedan diluidas por la excelencia y la hondura expresiva de su canto. Ya su aparición en la iglesia de San Andrea de la Valle fue saludada con una larga salva de aplausos algo que se tornó interminable tras su Vissi d¿arte y se hizo clamor unánime al finalizar la obra con las miles de octavillas cayendo desde el cielo, las rosas rojas tapizando el escenario y los bravos de los asistentes enjugando sus lágrimas. El resto de los cantantes quedaron diluidos ante la fuerza expresiva y humana de Tosca- Kabaivanska. El tenor Mario Malagnini, correcto, con un fiato generoso y poderosa emisión, le faltó el creerse más el personaje, algo de lo que también adoleció el Scarpia de Enrique Baquerizo, de voz algo lírica para el papel y escasa fuerza dramática. Fue engullido literalmente por la soprano. El resto de los comprimarios correctos lo mismo que el coro y orquesta del Teatro Real. La dirección del maestro Mauricio Benini muy en la línea clásica de tempos medidos pero no asfixiantes. La escenografía pobre y los decorados demasiado sofisticados, anacrónicos y pretenciosos. La puesta en escena del primer acto muy suntuosa y espectacular, mezclando lo divino y lo humano en favor de la ostentosidad. Dejamos para cerrar la labor de Raina en el que sin duda será uno de los dos papeles (el otro es la Butterfly) por los que pasará a la historia. El segundo acto tuvo en ella a la intérprete genial que sabe construir un personaje como el de Tosca desde la introspección, la inteligencia y el dramatismo. Utilizó esa técnica tan de otras épocas como es la de recitar cantando y se adueñó de inmediato de la escena con un fraseo delineado, un acento salpicado de matices  utilizando el fiato y la messa di voce, de forma natural e irresistible. Fue una lección de lo que una de las grandes cantantes de todos los tiempos puede aún trasmitir con sólo su presencia escénica. Para los anales.