Diario de León

La representación de personalidades y parientes en el sepelio fue escasa

Michi Panero ya reposa en la tumba familiar del cementerio de Astorga

La ciudad natal de su padre lo despidió un día después de su muerte a los 52 años

El coche fúnebre con los restos del escritor es seguido por la comitiva cerca del Palacio Episcopal

El coche fúnebre con los restos del escritor es seguido por la comitiva cerca del Palacio Episcopal

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Maite Almanza - astorga
León

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El escritor Michi Panero, hijo menor del poeta astorgano Leopoldo Panero, yace desde ayer junto a los restos mortales de su padre en el panteón familiar del cementerio de la ciudad. El entierro fue precedido de una misa concelebrada en la parroquia de Santa Marta que presidió su titular, Blas Miguélez, a la que asistió Ricardo del Fresno, hijo de Odila Panero, prima carnal del fallecido, en representación de la familia. Al acto acudieron también representantes municipales encabezados por el alcalde, Juan José Alonso Perandones, y los portavoces del PP, José Luis Nieto, y la UPL, Enrique Soto, así como allegados y amigos del autor, como Angelines Baltasar, quien fuera empleada de hogar de la familia en vida del poeta. El pintor Benito Escarpizo, el cineasta Luis Miguel Alonso, el escritor José Antonio Martínez o los periodistas Martín Martínez y Ángel María Fidalgo componían la nómina de personalidades de la cultura presentes en el sepelio. Tras la misa, la comitiva fúnebre que abría el vehículo con los restos de Michi Panero se encaminó a pie al cementerio. Perandones definió al fallecido como «una persona entrañable, muy preparada y gran lector» a la que la ciudad intentó «hacer más apacible el tránsito». El regidor leyó tres poemas de Constantino Kavafis, uno de los autores favoritos del hijo menor de los Panero: Voluptuosidad , Fui y Voces . La concejala Mónica Pérez y el cineasta Luis Miguel Alonso, amigo personal del fallecido, leyeron sendos poemas de Leopoldo Panero, el primero escrito en Caracas (Venezuela) en la década de los años cincuenta del siglo XX y el segundo dedicado a los hijos del poeta y alusivo a unas Navidades vividas en Ávila. El acto finalizó con la introducción del féretro en la tumba familiar, flanqueada por versos de Leopoldo y Juan Panero, que contiene los restos de éstos últimos y de varios familiares.

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