El Coro Monteverdi cumple con las expectativas en una actuación sublime

Cientos y cientos de personas, tanto autóctonos como llegados de varios puntos de la geografía española, se deleitaron ayer en la Catedral de León con las 23 voces del Coro Monteverdi y la exquisita dirección de sir John Eliot Gardiner, cumpliendo con las expectativas que auguraban un gran poder de convocatoria. El coro presentó un programa extraordinario en el que el Codex Calixtinus conformaró la dieta principal del concierto. Durante la media hora previa a la actuación el coro se reunió delante del Palacio Episcopal para las pertinentes fotografías, los ejercicios de afinación y para admirar la Catedral. Los instantes que precedieron a la actuación concitaban ya a un número importante de personas dispuestas a deleitarse con las magníficas voces dirigidas por el aristócrata inglés. Sin embargo, la organización de la Junta de Castilla y León dejó mucho que desear una vez comprobada la demanda que suscitó el evento. El trascoro de la catedral hizo las veces de emplazamiento para el recital, permitiendo a unas 500 personas presenciar el concierto con asiento mientras que cientos de espectadores permanecieron en pie, ubicados en las distintas naves de la Catedral, sufriendo la falta de visibilidad. Con todo y con eso, la falta de previsión de la organización no desdijo en ningún momento la intervención del coro (que recorrió la Cateral para que todos pudieran contemplarlo) ni la dirección del siempre sencillo pero extraordinario Gardiner.