Diario de León

El rejoneador Diego Ventura descubre los secretos de su arte en las Tertulias Taurinas de León

El hombre que susurra de los caballos Prieto picudo de Valjunco para Diego Ventura

Rafael Pérez Cubero clausuró las jornadas con el deseo de que la próxima feria sea como la de este año

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B. Fernández - león
León

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En la velada de clausura y bajo la dirección de David Montero, uno de los dos triunfadores de la última de feria, el sevillano de origen portugués Diego Ventura, al que seguro que volveremos a ver en la plaza leonesa, puso broche de oro a las Tertulias Taurinas de León, que durante cuatro días han venido celebrándose en el Hotel Conde Luna, organizadas por el Diario de León y el Club Taurino Leonés. El otro triunfador de la tarde, un clásico de los carteles de El Parque y muy querido de la afición leonesa, Pablo Hermoso de Mendoza, sufrió una lesión en el tobillo y finalmente no pudo acudir a la cita al tener que acudir al hospital. Luis Domecq, que completaba el cartel, resolvió sus faenas con más pena que gloria. El rejoneador que presume de ser de La Puebla del Río (Sevilla) no tuvo reparos en reconocer los méritos de quien le acompañó en la salida por la puerta grande: «La influencia de Pablo sobre todos los rejoneadores que venimos detrás es evidente. Saldremos veinte... o cuarenta, pero nunca habrá otro como él. Lo que ha conseguido con los caballos es inigualable. Y todos tenemos que agradecerle que haya llevado el rejoneo hasta estos niveles». Preguntado por el público sobre qué es más importante, si el hombre o el caballo, Diego se sinceró abiertamente: «No se sabe hasta dónde puede llegar un caballo; un hombre, sí». Y además hay que dejarlo hacer: «Hay momentos en los que hay que dejar que el toro decida. No siempre se le puede obligar a que vaya por donde no quiere ir, porque a lo mejor intuye que el toro va por otro sitio. Ellos también saben mucho de esto». Siguiendo la tradición de las Jornadas Taurinas de León, y contando siempre con el patrocinio de Bodegas Vinos de León, uno de los triunfadores de la tarde, la última de feria, fue premiado con su peso en vino, que en esta ocasión fue de la variedad prieto picudo, etiquetado bajo el sello de Valjunco. El sevillano de origen portugués Luis Diego se llevó para La Puebla del Río 68 litros de rosado. En la fotografía inferior, con Marco Antonio Herrero Pérez, delegado de ventas de la bodega leonesa. Arriba, aspecto general de la sala.

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