Diario de León

La obra, en la que muestra sus deudas con la literatura, llega la próxima semana a las librerías

Luis Mateo reúne todos sus relatos breves en «El árbol de los cuentos»

El escritor leonés refleja en este libro su mundo narrativo y sus recuerdos literarios

Luis Mateo Díez se siente deudor de escritores como Chejov, Capote o Clarín

Luis Mateo Díez se siente deudor de escritores como Chejov, Capote o Clarín

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Ana Mendoza - madrid
León

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El escritor Luis Mateo Díez ha reunido en un solo volumen todos los cuentos que ha publicado entre 1973 y 2004 y lo ha titulado El árbol de los cuentos , una obra que llega ahora a las librerías y que refleja su mundo narrativo, sus obsesiones, sus débitos, homenajes y recuerdos literarios. «Este libro es un buen espejo de lo que he sido como escritor, está lleno de mis pesquisas como narrador, de mis intereses y contradicciones», afirma Mateo Díez en una entrevista en la que habla de su fascinación por el cuento y de las deudas que tiene contraídas con sus maestros en este género, una larga lista en la que figuran Chejov, Capote, Maupassant, Cheever, Pavese, Clarín, Valle-Inclán y Baroja, entre otros. «Yo soy un escritor totalmente lleno de deudas; tengo tantas que lo mejor que me podría pasar es que El árbol de los cuentos fuera anónimo», asegura Mateo Díez con ese humor que impregna con frecuencia sus declaraciones y que en otro momento de la entrevista le lleva a decir que él es «poco ambicioso en la vida», pero en la literatura, «como no cuesta nada», es «extremadamente ambicioso». «Soy un hombre que escribe para la eternidad», asegura. Los inicios literarios de este «contador de historias», como le gusta definirse, fueron en el cuento, pero llegó un momento en que las ideas que se le ocurrían no encajaban en ese género, en el que ha dado sobradas pruebas de maestría, y comenzó a escribir novelas, cortas y largas, «porque ese era el destino que pedían las historias». Traducciones Entre sus novelas, traducidas a los principales idiomas, figuran títulos como Las estaciones provinciales , que Alfaguara, la editorial que también publica El árbol de los cuentos , reedita ahora; «La fuente de la edad», Premio de la Crítica y Premio Nacional de Literatura en 1987; Camino de perdición y La ruina del cielo , que, de nuevo, le hizo ganar el Premio de la Crítica y el Nacional de Literatura. Pero los cuentos «son piezas sustanciales del conocimiento humano, espejos de vida, fieles e intensos» y, entre novela y novela, el escritor volvía a ellos. Su primer libro de cuentos, Memorial de hierbas , es de 1973, y luego vendrían títulos como Brasas de agosto (1989), Los males menores (1993), Días del desván (1997), Las palabras de la vida (2000) y Las lecciones de las cosas (2004). Reunir todos estos relatos, más algunos que aparecieron en colecciones «un poco marginales o desaparecidas», como los cinco que figuran al comienzo de El árbol de los cuento », no fue fácil para el escritor, sobre todo «mentalmente». «Los cuentos se me van de las manos, las novelas las tengo más atadas. Mi impresión, según me voy haciendo mayor y adquiero una teórica madurez como escritor, es que cada vez soy más indolente en cuanto a la propiedad de mis ficciones. Tengo la sensación de que no son mías y, además, hasta las olvido», asegura este académico de la Lengua», termina.

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