Diario de León

Portadas de museo para sus satánicas majestades

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Una obra tan extensa como la de los Rolling Stones propicia todo tipo de análisis, incluido el de la propia imagen física de los discos, esto es, sus portadas. Unas pocas se encuentran entre las mejores cubiertas de la historia del rock. La ventaja de su mayor formato convirtió finalmente al elepé en el objeto cultural por excelencia del siglo XX. Muchas de esas carátulas son hoy iconos tan reconocibles como la banana de Andy Warhol en el primer álbum de The Velvet Underground ; el prisma que descompone la luz en colores del Dark Side of The Moon , de Pink Floyd, o la tipografía sobre fondo amarillo del Never Mind The Bollocks de los Sex Pistols. Y como no podía ser de otra forma, una banda como los Rolling Stones cuenta con algunas de las portadas más famosas y controvertidas de la historia. 1397124194 Psicodelia Los primeros álbumes de los Stones no consiguieron distanciarse visualmente de la iconografía imperante a mediados de los sesenta: fotos de los miembros del grupo mirando a la cámara con cara de tipos duros (no olvidemos que esto del rock and roll era música del diablo). Así que, vistas hoy, portadas como The Rolling Stones (1964), 12x5 (1964) o Out Of Our Heads (1965) resultan de lo más entrañables. ¿Un váter? Y llegó la psicodelia, una revolución estética que iba a imprimir su huella multicolor en todos los diseños de la época. Los Stones se gastaron 15.000 libras (una fortuna para esa época) en un sesión con el fotógrafo Michael Cooper, el mismo del Sargento Pimienta, y consiguieron una fantástica portada tridimensional que refleja a la perfección el espíritu flower power . Se vistieron como ¿magos? ¿juglares? y llenaron el estudio con un atrezzo surrealista («era como colocar la decoración navideña», según Mick). Quizás sea imposible de entender para las nuevas generaciones el impacto que produjo en los ejecutivos de Decca el diseño original propuesto para el álbum Beggars Banquet . La banda británica publicaba su primera obra maestra y para la cubierta ofrecía la foto de un repugnante retrete público lleno de pintadas obscenas. Sin duda, una de las portadas más punk de la historia. Fue imposible en ese momento. Pero llegamos ya a la portada más célebre y sofisticada. En 1969, Andy Warhol sugirió a Jagger durante una fiesta que una cremallera de verdad podía ser una idea interesante para la portada de un disco. El cantante insistió para que el artista neoyorquino se ocupara personalmente de elaborar la de su próximo elepé, Sticky Fingers , el primero que grabarían con su propia casa discográfica. Así que el mismo Warhol se encargó de la famosa fotografía de los vaqueros con bulto, pero quien estaba dentro de ellos no era Mick, sino un colaborador de la Factory. Lo mismo ocurre con la imagen interior de los calzoncillos. En todo caso, la portada resultaba turbadora y original. En 1971 España era muy diferente, hasta demasiado. La censura franquista suprimió sin contemplaciones la portada. La época gloriosa de los Glimmer Twins se cierra con el doble Exile On Main Street (1972). A partir de ese momento, las portadas de Los Rolling Stones fueron perdiendo sustancia

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