| Reportaje | Dos nuevos museos |
El esplendor de las ruinas
El edificio de Cárdenas que albergará la colección Díez-Caneja y el convento de San Agustín, al que llegarán 3.500 piezas de arte popular, se han salvado del abandono al convertirse en museos
Las obras del palacete de Independencia están a punto de concluir para que abra en Navidades
El viejo convento de San Agustín de Mansilla de las Mulas, del siglo XVI, era hasta hace unos meses un montón de ruinas. La elección de este monumento como futura sede del Museo Etnográfico Provincial ha salvado un edificio emblemático de perecer para siempre. Abrirá sus puertas en marzo del próximo año y, casi por primera vez, los leoneses podrán contemplar una colección de más de 3.500 piezas, que actualmente se apilan en los sótanos del edificio Fierro por falta de espacio. La Diputación ha invertido en el convento fundado en 1500 por el almirante Fabrique Enríquez más de cuatro millones de euros -dinero que incluye también un edificio de nueva planta-. Otro edificio singular de León, el palacete de Independencia, recobrará el esplendor que tuvo en los años veinte del pasado siglo, cuando fue construido bajo la dirección del célebre arquitecto Torbado. El que fuera Instituto de Higiene y, en los últimos años dispensario de metadona, abrirá sus puertas estas Navidades convertido en pinacoteca. Un edificio con importantes elementos arquitectónicos en su interior, donde mostrará las sesenta obras que el pintor palentino Juan Manuel Díaz-Caneja legó a León, así como una selección de obras de artistas leonese contemporáneos, que forman parte de la pinacoteca de la Diputación y que hoy se encuentran dispersas por varias estancias y sedes de la institución provincial. El palacete, bien conservado, sólo ha precisado algunos arreglos interiores para transformarse en museo. La Diputación ha destinado a estas obras 1,2 millones de euros; un dinero que permitirá rescatar uno de los últimos edificios nobles de la capital leonesa.