Las obras de rehabilitación del Conde Luna comenzarán a finales de este mes

La concejala de Urbanismo, María José Alonso, ha asegurado que las obras de rehabilitación del palacio del Conde Luna comenzarán a finales de este mes, una vez se haya firmado el acta de inicio de los trabajos con la UTE adjudicataria. Esta noticia se produce después de que en el mes de noviembre el pleno diera luz verde al compromiso de gasto plurianual para las obras. El alcalde, Mario Amilivia, aseguraba entonces que la financiación, vía proyecto modificado, era necesaria debido a las prescripciones de Patrimonio ante los nuevos hallazgos. El acuerdo del pleno contempló un presupuesto de 1.958.177 euros para el proyecto modificado. Para el 2007 se asumió un compromiso por importe de 1.096.120 euros y para el siguiente ejercicio de 562.057 euros. El primer edil resaltó además que para el año pasado se contemplaba una consignación en el presupuesto por importe de 300.000 euros. Desde el PSOE, la concejala Evelia Fernández manifestó que desde el equipo de gobierno nunca se había hecho nada por el palacio. «Está a punto de caerse, y eso que durante el mandato socialista se aprobó un proyecto para su restauración y conseguimos una subvención del Ministerio de Administraciones Públicas de 1,2 millones de euros», precisó. Asimismo, la edil socialista denunció que su partido dejó la adjudicación del contratista cerrada y los andamios puestos para iniciar la obra. «Esos andamios están ahora oxidados», denunció. El alcalde, por su parte, matizó que el dinero del ministerio sigue en las arcas municipales y que, pese a la dificultad del proyecto, el Ayuntamiento buscará la implicación de todas las administraciones para sacarlo adelante. Mario Amilivia añadió en la misma sesión plenaria que la restauración del palacio podría enmarcarse en un proyecto de mayor envergadura que englobara una rehabilitación total de todas las casas que lo rodean. Dos años de parón El inmueble, el único palacio gótico que queda en León, corre el peligro de desplomarse. Sin ir más lejos, la Fundación Hispania Nostra, la asociación de defensa del patrimonio más importante de España, ha incluido el edificio en su lista roja, lo que da una idea del estado aciago en que se encuentra. En la página web de la fundación, cuya presidencia de honor ostenta la Reina, se asegura que el palacio está abandonado, sujeto a vandalismo y sus estructuras se encuentra en peligro de derrumbe. Además, el retraso en la consignación del gasto podría llevar a que se perdiera la subvención del Ministerio de Obras Públicas (1,2 millones). En este sentido, cabe subrayar que esta ayuda ha estado a punto de perderse en dos ocasiones, la primera en el 2005, cuando hubo que solicitar un aplazamiento. Palacio real El proyecto para recuperar el palacio del Conde Luna se puso en marcha con la llegada al gobierno municipal del PSOE, tras la concesión de una subvención de 1,2 millones de euros del Ministerio de Administraciones Públicas. Poco después, se encargaban sendos estudios a Margarita Torres y a Victorino García Marcos que demostraban que el edificio fue la primera residencia de los reyes de León, y desvelaban las distintas etapas históricas por las que éste había pasado. La importancia y trascendencia del palacio quedaba suficientemente demostrada. Sin embargo, los «problemas» estaban a punto de comenzar. El Ayuntamiento firmó un contrato con una UTE para poner en marcha las obras por 2,5 millones de pesetas. Poco después, la investigación arqueológica sacaba a la luz pinturas, artesonados y estructuras altomedievales que imponían su conservación y, con ello, la reforma del proyecto. Esta renovación del plan llevaba aparejada un modificado del presupuesto que incrementaba el coste de los 2,5 mllones originales a casi el doble, lo que provocó la cancelación del contrato original con la empresa adjudicataria. Desde entonces, las obras han estado paradas. Los expertos han alertado durante los últimos 24 meses del peligro de que el débil estado en que se encuentran las estructuras del edificio provoque su derrumbe. A la fragilidad hay que unir el hecho de que las intensas lluvias caídas durante los últimos meses podrían haber dañado aún más la armadura del inmueble.