Diario de León

Marinero, minero y comunista

José Leopoldo Portela relata en sus «Memorias» cómo vivió los años de la dictadura franquista, las huelgas de la minería asturiana o sus primeros viajes a Cuba

José Leopoldo Portela acaba de publicar su nuevo libro «Memorias de José Leopoldo Portela Gondar»

José Leopoldo Portela acaba de publicar su nuevo libro «Memorias de José Leopoldo Portela Gondar»

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Laura Bueno - león
León

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Varios son los motivos que le han impulsado a escribir sus memorias. A lo largo de más de 30 años que ha vivido su experiencia como empresario, ha compartido muchas comidas de trabajo con proveedores y clientes. En la mayoría de estas reuniones a parte de hablar de negocios, siempre había comentarios sobre la vida personal de cada uno. Ellos le escucharon y le influyeron para que escribiese sus memorias. En ocasiones casi se lo exigían. Pidió ayuda a su buen amigo, el filósofo Gustavo Bueno, para que le presentará a su hijo. Pero en aquel momento tenía mucho trabajo y no podía ayudarle con su libro. Así, Gustavo Bueno le recomendó a un alumno suyo, José Manuel Rodríguez Pardo, licenciado y en poco tiempo Doctor en Filosofía, para ayudarle con la elaboración de sus memorias. Estas memorias las dedica a todos aquellos grandes luchadores anónimos por la libertad y el socialismo, y aunque el tiempo no les dio la razón en sus objetivos fundamentales de transformar la sociedad, pueden decir que si, que se consiguió llegar a la democracia, y que desde su punto de vista es algo fundamental para el desarrollo de los pueblos. Aquellos años fueron tiempos llenos de ilusión y de sacrificio. Los viejos comunistas que conoció a principios de la década de los sesenta le mentalizaron de que debía ser un ejemplo de trabajo, en cualquier actividad a desarrollar, que no tenía que ver la lucha de cada día con la responsabilidad de las personas en sus puesto de trabajo. Esa era la manera de defender los principios morales de izquierda y al mismo tiempo para guiar a sus compañeros en el trabajo. «Otra cosa que me inculcaron era que había que tener cuidado con los socialistas. Sabíamos que era necesario intentar atraerlos a la lucha para destruir el franquismo, dado que eran nuestros aliados más cercanos, pero siempre pensando que serían nuestros enemigos a la hora de implantar el socialismo real» afirma Portela. Fue un luchador que luchó por la democracia. «Si tuviera que elegir la mejor época que viví, me quedaría con la década de los sesenta. Conseguimos muchas cosas, pero porque perseguíamos nuestros objetivos con gran fuerza. Finalmente los mineros logramos ganar la huelga del 1964, tras cuatro meses duros para toda la minería Asturiana, pasando hambre y sufriendo persecuciones por las fuerzas de seguridad franquistas, finalmente conseguimos todo lo que pedíamos» comenta Portela. Dictadura franquista Cuando recuerda los años del Franquismo, Portela dice: «no creo que todo lo que paso durante la dictadura franquista fuera malo. Yo, por supuesto, volvería a defender la democracia, pero con lo que me quedo del Franquismo fue con la obra social». Su ilusión siempre fue recorrer y descubrir cada rincón el mundo. De todos los lugares que ha visitado, Portela recuerda con especial cariño su viaje a Praga. «Tenía muchas ganas de por conocer esta ciudad. Es un lugar lleno de historia como la mayoría de las capitales de centro Europa. Es una ciudad encantadora, y se ve que está haciendo muchas obras de remodelación. Es todo lo contrario de Cuba, han avanzado muchísimo los diez últimos años» afirma Portela. En 1986 cumplió otro deseo que le apetecía desde hacía mucho tiempo: visitar Cuba. Del primer viaje a Cuba volvió fortalecido, creyendo que se podía llegar antes al socialismo real en Cuba que en otros paises del Este. Diez años después regresó. En este segundo viaje prometió no dejarse influir por miembros del organismo oficial. La situación era distinta había caído el muro de Berlín y habían sucedido muchos acontecimientos en los países del Este. «Aquello me hizo reflexionar -comenta Portela- y reconocer concluyentemente lo que considerábamos que iba a ser el futuro de la humanidad. Fue un fracaso para millones de personas que pensaban como yo. Ya no podía ver con los mismos ojos el comunismo». «Ahora -continua Portela-, desde la distancia en el tiempo reconozco que los jóvenes comunistas éramos muy fanáticos. Cuando defendíamos nuestras ideas, muchas veces no pensábamos en las consecuencias prácticas de las mismas. Quizás influyera en nosotros el no haber vivido la guerra civil y todas sus consecuencias. Vivir en un entorno de relativa paz nos envalentonaba contra el régimen de Franco. Fueron años de ilusión». «No ha sido la de Portela la vida de un aventurero individualista --escribe Gustavo Bueno Sánchez- si no la de un trabajador incansable, entregado a sus compromisos familiares, primero con su madre, más tarde con su propia familia e hijos. Un trabajador independiente, cuyos pasos desde muy joven y durante toda su vida, han estado dirigidos por la fortaleza. Casi necesariamente, un joven minero asturiano de aquellos años, dotado de las virtudes que adornaban a Portela, tenia que hacerse comunista y dedicar la lucha cuanto tiempo y esfuerzo le dejaban sus obligaciones laborales y familiares».

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