La familia de González Luaces informa al ministerio de que éste no fue fusilado Entierro con todos los honores para un leonés de pro

He aquí una prueba de que los datos de los que disponen las máximas autoridades, por muy Ministerio de Cultura que sean, no siempre corresponden con la realidad. Es el caso de Enrique González Luaces, quien fuera alcalde de la capital leonesa en algunos meses de 1936 -amén de presidente de la Diputación y del Colegio de Médicos- y cuyos muy interesantes diarios personales acaba de comprar la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas por seis mil euros, con destino al Archivo de la Guerra Civil de Salamanca. En conversación telefónica, fuentes del ministerio aseguraban, por partida doble, que González Luaces había sido fusilado después de que se le hubiera abierto una ficha policial a causa de su presunta relación con la masonería leonesa; y de esta manera apareció el pasado jueves en este periódico. Algo que la familia se ha apresurado a desmentir: su nieta Consuelo González-Luaces Cao, que reside en la ciudad, se puso en contacto con el Diario no sólo para confirmar que, efectivamente, su abuelo no fue fusilado, sino para ofrecer también numerosa información adicional sobre Luaces, urólogo y radiólogo de profesión, y personaje muy conocido y apreciado en el convulso León de aquel entonces. «Murió el 30 de noviembre de 1953, y no en el 1957 como consta en el libro Historia del Colegio de Médicos de León -señala su nieta Consuelo-. Yo misma lo presencié. Le dio un infarto mientras jugaba al julepe con Antonio González de Lama y Paco el de La Gafa de Oro ». También muestra algunas imágenes históricas del entierro, que tuvo lugar, con gran pompa y todos los honores, en carroza tirada por caballos negros y una gran proporción de las «fuerzas vivas» del León de los años cincuenta siguiendo el cortejo. Entre los recuerdos que González-Luaces Cao tiene de su abuelo, que murió cuando ella tenía 7 años, están los largos paseos por León que realizaba en su compañía, especialmente hasta algunos sanatorios -eso sí, siempre pasando por la emblemática y ya desaparecida tienda El Maragato- y también hasta la biblioteca Azcárate, donde compartía largas charlas con González de Lama y otros intelectuales de aquel tiempo. Entre sus amistades, rememora Consuelo, estaban el arquitecto Torbado; Roa, el pintor; Antonio Prada; Enrique Salgado padre; el periodista Lamparilla y muchos más. «Era muy metódico -asegura-, entre sus cosas se encontraron numerosos recibos de personas que le debían dinero pero a quienes nunca se lo cobró». Casado con Consuelo Fernández Llamazares, de las bodegas del mismo nombre, también se involucró en el mundo del vino de Pajares de los Oteros y gracias a sus innovaciones en materia vitivinícola llegó a obtener la medalla de oro en una prestigiosa exposición barcelonesa. Aunque Enrique González Luaces era lucense, de Villalba -sin ninguna relación familiar con León- sí que puede hablarse de él como de un leonés de pro por los importantes cargos que ocupó en la ciudad. Fue nombrado alcalde el 21 de julio de 1936, cesando en el mes de agosto para ocupar el puesto de presidente de la Diputación, cargo que ostentó hasta marzo de 1937, «cuando fue acusado de masón y por su relación con la institución educativa Sierra-Pambley», indican desde el Ministerio. En la imagen, su entierro, con todos los honores. Justo entre los maceros puede verse a Antonio González de Lama. | e. g.