Diario de León

EL INVENTO DEL MALIGNO | Con detalle |

Cine Matt Dallas: «Me gustaría seguir los pasos de Clooney»

Es el protagonista de «Kyle XY», la serie estrella de Cuatro

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JOSÉ JAVIER ESPARZA CH. L. MONJAS - madrid
León

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«VERSIÓN española» emitió la otra noche una película de Isaki Lacuesta, La leyenda del tiempo . Si la traemos aquí es porque esta película constituye un perfecto ejemplo de por qué el cine español no conecta con el público. En estas cosas conviene poner paños calientes, porque es muy común tomarse el asunto por la tremenda. Como además tenemos un país donde cada vez se aprecia menos el valor del matiz, ninguna prudencia será bastante. Por tanto: conste que a un servidor le gusta el cine, que no me disgusta de entrada el cine español y que tampoco tengo nada personal contra Isaki Lacuesta. Más aún: me encantaría disfrutar con el cine español y que fuera tan exitoso como el extranjero. Pero las cosas son como son: la gran mayoría del público español no se siente atraído por el cine español, y eso es grave. ¿Por qué se produce tal desapego hacia el producto propio? Creo que ver La leyenda del tiempo ayuda mucho a eso, porque, además, no es una mala película, sino que tiene mérito artístico; pero el mérito artístico no es gran consuelo cuando nadie se acerca a mirar. Veamos. Primera escena: largo y lento retrato de unos jovencitos jugando en el río. Son cuatro gitanillos: dos chicos y dos chicas. Son felices. Juguetean y se retan. Bien. Bastaría un minuto de escena; dos, a lo sumo. Pero la cosa se prolonga y se prolonga. Como son actores «espontáneos», no se entiende lo que dicen. Segunda escena: el niño y el atún. Un japonés despedaza un atún. El niño mira al atún. El japonés mira al niño y mira al atún. El atún no mira a nadie. Todo ello, en denso silencio. Luego el niño se va -en moto- con el japonés. Al fin hablan. ¿De qué? De atunes, claro. Tercera escena: el niño se hace un tatuaje. La cámara va y viene del rostro del niño a la pistola del tatuador. Así durante otra larga fracción de eternidad. ¿Cabe más confusión? Sí: de repente surge una japonesa -nada que ver, no obstante, con el de los atunes- que llega a Cádiz fascinada por Camarón. La japonesa rompe a explicarnos su historia. Lo hace en japonés, lo cual exige subtítulos. Se agradece el gesto; también se habría agradecido en los anteriores compases de la película. A todo esto, ¿qué nos están contando? Aquí pasa como en el arte contemporáneo, que no lo entiendes si no lees el catálogo; del mismo modo, en La leyenda del tiempo no te enteras de nada si no has leído antes en la prensa el extracto del argumento. «Esta película se va escribiendo según se hace», decía en algún lugar el director, Lacuesta. A lo mejor por eso al espectador común se le hace inextricable. Al día siguiente -o sea, anoche- La 2 emitía Planta cuarta , de Mercero, una historia donde uno entiende a la primera lo que pasa. ¿Tan difícil es mantener esa mínima cortesía hacia el espectador? Es el último chico de moda de la televisión, medio que le ha elevado a la categoría de «nuevo fenómeno» de la interpretación por Kyle XY , la serie extranjera más vista de Cuatro esta temporada. Dallas, de 25 años, deja sin respiración a millones de jovencitas de todo el mundo por sus ojos azules, simpatía e ingenuidad. Y de esa misma candidez hace gala su personaje en Kyle XY , donde se mete en la piel de un misterioso y enigmático joven sin ombligo y sin pasado, que mira con los ojos de un niño porque no comprende lo que le rodea. Gracias a la familia que le acoge, los Trager, se irá adaptando a su nueva vida. Sorprendido por las pasiones que despierta entre las adolescentes españolas, Dallas ha viajado por primera vez a nuestro país para hablar de esta producción que Cuatro está emitiendo la segunda temporada los miércoles a las diez de la noche. «Me encanta España. El flamenco, el jamón, las tapas... Me fascinan sus edificios, te hacen sentir el pasado y la Historia», explica este actor norteamericano. Al más puro estilo Hollywood, Dallas empezó como modelo y dejó las pasarelas el día que un productor le fichó para hacer Kyle XY , título creado por los directores de la película El efecto mariposa que arrasó en la ABC Family, que su primera entrega logró una media de 4,6 millones de espectadores. Dice Dallas que nadie del equipo esperaba que las aventuras de este chaval fueran tan atractivas. «Se emitía en una cadena por cable, pequeña. Pensé que este trabajo podía quedar bien en mi currículo, pero empezó a crecer, se vendió a muchas televisiones y su éxito nos pilló a todos por sorpresa. Pienso que engancha porque combina géneros tan interesantes como la ciencia ficción, el drama familiar y las historias de adolescentes», declara. Sin antecedentes artísticos y con una familia entregada a la serie, este veinteañero de Arizona confiesa que Kyle tiene mucho poder sobre él. «Paso tantas horas con el personaje que siento su influencia, sobre todo cuando me veo en situaciones complicadas y pienso qué haría él, lo que me ayuda a tomar distancia del problema y a reflexionar. A veces me quedo en blanco y mis amigos me dicen que estoy viviendo «un momento Kyle». A diferencia del protagonista de la serie, Dallas habla mucho. «Sí nos parecemos en que nos gusta explorar el mundo con una mirada fresca e inocente. Yo también soy muy niño porque intento despojarme de las barreras y prejuicios que tenemos los adultos. Eso sí, me cuesta bastante transmitir sentimientos como el amor, el miedo y la ira de la forma tan pura como lo hace Kyle», señala. Guapo y con talento El actor iniciará el próximo marzo la grabación del que será el tercer ciclo de esta propuesta norteamericana. Mientras, espera poder presentar al público las películas The Indian y Se busca babysitter . Dallas se pone nervioso cuando le dicen lo guapo que es. «Me halaga, pero me siento raro con esos comentarios. Todos sabemos lo importante que es en esta industria tener un buen físico, pero quiero pensar que me hacen ofertas porque tengo talento. Me frustraría mucho que sólo me cogieran por mi cara, por ser un chico mono, aunque reconozco que en este aspecto Hollywood es muy estrecho de miras», expone. La huelga de guionistas en Estados Unidos ha paralizado los proyectos televisivos que tiene Dallas, quien no oculta que ve a la pequeña pantalla como una plataforma para dar el salto a la grande. «Me gustaría seguir los pasos de George Clooney -se dio a conocer en el título médico Urgencias -. Es brillante, inteligente y hace unos filmes maravillosos», añade.

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