El poeta leonés Luis Artigue recibe en Madrid el premio Ojo Crítico

El poeta leonés Luis Artigue subió su poesía al salón de columnas del Círculo de Bellas Artes de Madrid y allí se codeó con Joaquín Sabina, Luis García Montero, Christina Rosenvinge, o los suyos: Amancio Prada, Juan Carlos Mestre o José María Merino. Iba a recoger el prestigioso premio Ojo Crítico de Poesía que entrega el programa del mismo nombre de Radio Nacional de España. Compartía premios con otros emergentes como la actriz gallega María Vázquez, premiada por su interpretación en Mataharis , o con los espectaculares Facto Delafe y Las Flores Azules, grupo catalán, que actuó y dejó una escena para el recuerdo que fue la del ministro de Cultura, César Antonio Molina, allí en primera fila mientras interpretaban El poder del mar, que fue donde le pilló la actuación. A pie de escenario, sin butacas, estaban todos, en realidad. Luis Fernández, presidente de la Corporación RTVE, también. Y Artigue entusiasmado por trascender y por poder reivindicar la poesía, no la suya sino la de todos, fue lo que hizo tras recibir el galardón, un premio que dicen que no da dinero pero que trae suerte. «Compren y lean poesía, porque sin ella la vida seguiría existiendo, pero no sabríamos su significado», afirmó Luis Artigue, quien primero se mostró exultante a la hora de agradecer un premio que viene de un jurado de alta escuela. «Que venga de gente como ésta, me enorgullece aún más, afirmó Artigue en los momentos previos al acto, al comentar que fue elegido por un selecto club ocasional de la poesía del Ojo Crítico compuesto por Antonio Pereira, Jordi Doce, Pilar González España, Diego Jesús Jiménez, Ignacio Elguero y Arrate Sanmartín. Lenguaje innovador Con este premio, otorgado por su poemario Tres, dos uno¿ jazz, ayer se destacó de Artigue que su obra contiene «una apuesta innovadora en el lenguaje, con una llamativa imaginación verbal y, en concreto, con una fluidez lírica, que parece identificarse claramente con el jazz». Artigue, nacido en León en 1974, comentaba ayer que en estos tiempos el viaje del poeta a la capital para hacer carrera está más que cancelado. «Las fronteras están disueltas, Gamoneda es un ejemplo de que se puede hacer poesía, que desde León se puede ver el mundo», afirmó. También consideró Artigue que este premio es un trampolín, pero consciente de que para vivir de la poesía, casi hay que diversificar: «No se vive con los derechos de autor, sino de todo lo de alrededor», aseguró. Y con ironía, con la tradicional precariedad económica atribuida a todo poeta, el autor leonés explicó que «la poesía intensifica la existencia, también en ese sentido». Por eso será que Luis Artigue es un autor intenso, definido por el dossier de RNE como autor de futuro y del que se destacó su labor como columnista del Diario de León, en sus trabajos de «opinión y ensoñación», como si ya fueran sabiendo que Artigue busca la conmoción en cada verso. Y fue Joaquín Sabina, quien recibía un premios especial por su carrera, el encargado, cómo no, de dejar las perlas. Dijo que le hubiera gustado más que le hubieran dado el premio por ser un joven cantante prometedor. Pero que le gustaba porque no era póstumo y porque era para un titiritero. Y remató: «Por poner un poco de tensión y dramatismo, espero que el 9 de marzo os levantéis con el pie izquierdo». Y se fue.