El historiador Óscar González rescata la memoria de esta publicación que sólo tuvo un número
Se cumplen este año dos siglos de la creación del primer periódico leonés
Su nombre era «El Manifiesto de León» y fue creado por el famoso coronel Luis de Sosa
Luis de Sosa no deja de proporcionar sorpresas. Ya lo había advertido el historiador Óscar González en estas páginas hace cuatro meses: «De Sosa, más que un gran revolucionario, fue el primer periodista leonés». Ahora, este joven investigador informa de que en el presente año, concretamente el 22 de diciembre, se cumplen 200 años de la creación de la primera publicación leonesa con vocación periódica de la que se tiene noticia, El Manifiesto de León , creada por el citado coronel nacido en Vidanes. España está conmemorando, durante todo este 2008, los dos siglos del inicio de la Guerra de la Independencia con innumerables actos, congresos y publicaciones. «En este contexto, los leoneses no podemos dejar de tener en cuenta un episodio de suma importancia, coincidente con la confrontación: el nacimiento del periodismo en nuestra provincia», asegura González, autor de un amplio estudio sobre el tema. «Ya por entonces se leían periódicos en León, y algún hijo de esta tierra ejercía la profesión, como Juan López Cancelada, berciano de nacimiento, que editaba la Gaceta de México en tierras americanas, pero será en este momento, a raíz del suceso bélico, cuando verá la luz el primer periódico publicado en León», recuerda. Y es que el levantamiento popular ante la invasión napoleónica «inició una guerra de liberación al mismo tiempo que una revolución política imbuida de las ideas reformistas que, como los atacantes, provenían de Francia -asegura el autor-. Una de ellas defendía el principio de libertad de imprenta, trayendo consigo la proliferación de periódicos y folletos que alentaron al pueblo a la resistencia. La cantidad de publicaciones fue desorbitada, pues en el caos de la guerra era difícil imponer tipo alguno de censura. En su mayoría, abordaban noticias de la contienda y desarrollaban el pensamiento político, absolutista o liberal, mostrándose tan sólo de acuerdo en la idea de la independencia del país. El periódico pasaba a ser, así, una forma de instrucción para los españoles». «Donativos para el ejército» En esa dinámica, y siguiendo la estela de las diferentes juntas provinciales que animaban a publicar textos a fin de elevar el ánimo de la población, «la Suprema de nuestra provincia impulsaría el nacimiento de El Manifiesto de León , que vería la luz el 22 de diciembre de 1808. Como se puede leer en su primera página, surgía para tener a los ciudadanos al corriente de la guerra, ya que las noticias y correos eran frecuentemente interceptados por el enemigo. Incluía una petición de donativos para el ejército, noticias de la heroica resistencia madrileña y otros acontecimientos bélicos, además de una nota final anunciando que el producto de su venta sería destinado a la compra de utensilios para la tropa. Se trataba de un folleto de ocho páginas de 19 por 15 centímetros, que tenía las características de las publicaciones salidas de la imprenta de Santos Rivero», escribe Óscar González. «Aunque solamente apareció un número, podemos considerarlo como el primer periódico de León, pues en su segunda página queda constancia de la intención que tuvo la Junta de seguir publicándolo: «Sus respectivos números, que no se multiplicarán sin evidente necesidad, se emplearán únicamente en manifestar al Pueblo con sencillez y precisión las noticias ciertas de aquellos hechos que influyan en el bueno o mal estado de nuestra actual situación». La llegada de las tropas francesas pocos días después a la capital impidió que más números fueran publicados, pero la primera piedra del edificio periodístico ya estaba colocada. El próximo 22 de diciembre se cumple, así pues, una efeméride que sería bueno recordar con la importancia que merece. Esta es la antigua León/ campo de ilustres hazañas/ emporio de las montañas/ obra del grande Amphion/ a do huyendo el Paladion/ de los insidiosos griegos/ desde los voraces fuegos/ de la malhadada Troya/ fue conducido en tramoya/ por dos mil bueyes gallegos Y desde entonces Minerva/ promulgó por sabias leyes/ y en obsequio a tales bueyes/ el que fuese todo yerba/ lo que en tal rigor se observa/ por estos colonos guapos/ que no se ven más que chopos/ en torno de grandes prados/ y así viven inundados/ de grillos, ratas y topos Muchas huertas accesorias/ muchas cebollas y coles/ muchísimos caracoles/ muchos nabos, zanahorias/ muchos berros y achicorias/ muchos puerros de gazpachos/ muchas mulas, muchos machos/ y muchas tierras montiñas/ muchos prados, pocas viñas/ y muchísimos borrachos Muchas cuestas, muchos valles/ muchas gachas y cigüeñas/ muchos tíos con madreñas/ muchas damas, pocos talles/ muchas casas, pocas gentes/ muchos templos excelentes/ con muchísimas cornisas/ muchos curas, muchas misas/ y poquísimos oyentes Hay aquí paseos sagrados/ sin embustes ni lisonjas/ donde pasean las monjas/ curas, frailes y soldados/ por lo que son admirados/ de cualquier forastero/ pues hasta pasean también/ los bueyes del matadero/ para que del pueblo entero/ no falte ninguno. Amén «El berciano Juan López Cancelada editaba por entonces en América la 'Gaceta de México'» ÓSCAR GONZÁLEZ GARCÍA Historiador