«Soy muy indisciplinada»

Rodar la película ' Mamma Mia! fue para Meryl Streep una experiencia única. Convertida en Donna, la actriz tuvo oportunidad de interpretar las canciones de su grupo favorito Abba y regresar al género musical, del que llevaba apartada varios años. La actriz más premiada de la historia del cine confiesa que disfruta cada vez más con su trabajo, pues le permite tomarse largos descansos para estar con su familia. -Su personaje es muy físico. ¿Le tocó hacer todas las escenas de baile y de canto o tuvo la oportunidad de rodar con la ayuda de un doble? -No, no; todo lo hice yo. El número más difícil fue sin duda Voulez Vous, porque me tuve que aprender muchos pasos. Estuvimos trabajando durante tres semanas, ensayando esa escena antes de rodarla. Había más de ciento cincuenta actores implicados en esa secuencia -¿Cuándo vio el musical «Mamma Mia!» por primera vez? -Hace siete años, en Nueva York. Fui a esta ciudad para celebrar el cumpleaños de mi hija pequeña y al final de la representación envíe una nota de felicitación a todo el equipo de actores. Me encantó la obra. -¿Pensó desde entonces en interpretarla? -No. Decidí hacer esta película porque me la ofrecieron. No estoy acostumbrada a que lleguen a mi mesa este tipo de guiones. He hecho varios musicales. Mi primer show fue el musical Happy End , pero nunca había hecho una película de este calibre que fuera al mismo tiempo un musical. -¿Sé parece en algo al personaje que interpreta? -Me gustan muchas cosas de Donna. Por ejemplo, es una mujer muy real. Yo soy bastante indisciplinada, como mi personaje, me gusta tomarme mis descansos, desconectar del trabajo. El negocio del 'show business' ha sido muy bueno conmigo porque no me olvida, aunque deje de trabajar durante un año, -La música es una parte importante de la película. ¿Disfruta cuando le toca cantar? -En un mundo tan difícil como el que vivimos, la música es un alivio para el espíritu. La música es como un paseo en un pequeño bote cuando las cosas van mal, y como actriz me encanta cantar. Lo único que ocurre es que nunca me dan la oportunidad de hacerlo, pero me gusta mucho. -¿Es importante el vestuario para definir al personaje? -Soy una actriz muy metódica en ese aspecto. Siento que la ropa es un personaje en sí mismo. En este caso era necesario que el vestuario no desentonara con la historia ni con el lugar donde se desarrolla la acción. Elegimos un vestuario que me permitiera bailar y moverme libremente, pero al mismo tiempo que el público pudiera identificar una época. -Tiene un cuerpo de escándalo. Sólo hay que verla vestida de Spandex en el filme. -Qué miedo me dio ponerme ese traje. Mi hija, lo primero que me preguntó fue si tenía que vestirme con Spandex. Le dije que sí y se puso a gritar. Cuando terminé de rodar esa escena no podía andar. Las botas me destrozaron los pies, pero no cambiaría la experiencia por nada del mundo. Fue divertidísimo. Recuerdo que antes de rodarla me dije a mí misma: Meryl, ahora relájate y disfruta.