«Son historias de enorme ternura que recogen la memoria colectiva»
En cuanto a la tipología de los mismos, González-Quevedo señala que los cuentos son de diferente tipo y temas diversos, «cosa que se destaca en el prólogo de esta edición, donde se hace una categorización de las distintas narraciones». «Por un lado -dice- están los cuentos de tipo literario, que son creaciones estéticas de Eva y que ocupan más o menos la mitad del libro. Son narraciones de gran calidad literaria y de enorme ternura y sensibilidad para los diferentes tipos de personajes del mundo rural del siglo XX de nuestra tierra. Después hay otra mitad donde se recogen historias y recuerdos que reflejan la mentalidad y la memoria colectiva de nuestra gente. Y también hay muchos cuentos populares, cuentos de la tradición oral, a los que se caracteriza y clasifica según los criterios científicos actuales y que están en la línea del conjunto de los cuentos tradicionales del noroeste de España». De entre ellos, el filólogo destacaría «los cuentos de la tradición oral y los recuerdos del mundo que la autora vivió en su juventud. Para el interesado en el conocimiento de la vida cotidiana de nuestros antepasados, este libro es indispensable. Por su riqueza literaria destacaría los cuentos de creación, en los que Eva González se manifiesta como una excelente narradora que domina el lenguaje. Para mí tiene una especial belleza el titulado La vaca Galana , donde describe el amor a los animales domésticos y los años difíciles de la guerra. Otro cuento, Ruda, Ruda , tiene una especial fuerza expresiva y describe muy plásticamente la fuerza del amor y del odio, y también la contundencia con que la norma social somete al individuo».