Manual del perfecto mod

león

Vaya por delante que, sin ningún rigor científico, cómo ser mod y no morir en el intento es fácil si lo intentas. Lo de la ropa, que es lo de más, en realidad es lo de menos, porque con seguir con la vista al que mejor gusto tenga y más informado esté, hay suficientes datos como para saber qué hay que usar en temporada de verano, invierno y entretiempo.

De hecho, los que saben y han disfrutado y sacado partido a lo de ser mod (cultivando la imagen pero también el espíritu con lecturas, cine, arte y una mínima sabiduría musical), después de algún tiempo han optado por opciones militantes pero aperturistas y por la crítica a los que reducen su pertenencia a lo mod a visitas a la sastrería.

Así que mientras una María Lafuente no se decida por diseñar la colección Sixtie Purple 2009, lo mejor será atender a base de discos, películas y libros a los posibles demandantes de información.

Que seguro que estos días, algún adolescente oriundo o foráneo de la ciudad púrpura, tanto da, se habrá preguntado: «¿Pero estos tíos quiénes son y qué hay que hacer para ser como ellos?»

Dos películas

Por supuesto,

, de Frank Roddman (con Phil Daniels como protagonista). Ahora, como se pueden cometer aberraciones como la de ver una película en el móvil, poco hay que decir. Pero en su día, la película, mítica y fundamental, pasaba de mano en mano y se veía en grupo en casa de alguno. Esto es, del que tuviera vídeo.

, de Stanley Kubrick. Porque está asociada a la música de siempre, porque hay una metáfora de mods futuristas pasados de rosca y porque demuestra que el gran arte supera fronteras y apreciaciones estilísticas.

Dos libros

, de Richard Barnes.

, de Colin Macinnes. Este segundo, a poder ser, en una edición de 2005 que tiene otras dos novelas suyas-¦ Porque, si es aberrante ver una película en la palma de una mano, peor es quedarse en recomendar un par de libros. También, Tom Wolfe.

Dos grupos

Pese a todo, aunque haya bandas que recogen y resumen la filosofía mod, como aquí se trata de abrir puertas, The Jam y The Who son una buena puerta de entrada para un chaval que quiera conocer a artistas de máxima personalidad. Ver y oír en acción a los Paul Weller, Roger Daltrey, Pete Townshend puede ser suficiente prueba como para decidirse o no. Llegar a The Kinks también será una maravillosa experiencia.

Y, así, alcanzar ese estadio en el que se puede escuchar a un mod decir: «No me siento mod, soy mod». «Visto lo más mod posible. Pantalones pitillos, pero no en plan Tequila, sino finos, con estilo».