Diario de León

Sus obras recuerdan los mejores tiempos del cubismo de Picasso o Gris

El artista J. Morgan muestra sus caligrafías artísticas en Ármaga

«Los abecedarios a veces no son para aprender sino para culminar etapas», asegura el pintor

Publicado por
Marcelino Cuevas
León

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Sus cuadros, siempre pletóricos de colorido, recuerdan los mejores momentos del cubismo de Picasso o Juan Gris. Pero J. Morgan incorpora a mayores en cada una de sus obras una letra del alfabeto en clásico formato tipográfico. La historia de J. Morgan es larga y siempre ha estado vinculada con la imagen. Primero fue pintor, después diseñador gráfico… y ahora une estas dos maneras de entender el arte de las imágenes en unos cuadros que tienen tanto de lo uno como de lo otro, y que pueden verse en la galería de arte Ármaga. Hay que dejar constancia de que el artista consigue que sus lienzos transmitan una enorme personalidad, y que ellos los colores estallen como un castillo de fuegos artificiales. Pero, y ahí se ve la mano del profesional, en todas sus pinturas destaca la acertada elección de una gama básica que aporta la armonía imprescindible para que el trabajo de J. Morgan no se convierta en una feria de vanidades cromáticas.

Explica el pintor que «los abecedarios, en ocasiones, no son para aprender a leer, sino para culminar etapas. Mi interés por la incorporación de las letras a los cuadros, es una consecuencia de mi etapa como diseñador gráfico, que duró casi quince años. Cuando volví a enfrentarme a los lienzos las letras, que estaban dormidas en mi subconsciente, afloraron espontáneamente. Yo estoy enamorado de los caracteres tipográficos, me encanta deconstruirlos, trabajarlos, enamorarme de ellos… y ahí están, viviendo en el agitado mar de colores que son mis cuadros».

J. Morgan culpa de su regreso al mundo de la pintura al hijo de Fernando Fernán Gómez, «Él es el culpable de que yo haya vuelto a pintar y exponer mi obra después de quince años de silencio. Ahora llevo un lustro en la gran vorágine de la pintura y las exposiciones. Hay que reseñar que soy hijo de pintor, que nací en el estudio de mi padre, y que llevo la pintura en la sangre».

J. Morgan tiene claros sus fundamentos artísticos. «Soy uno de esos pintores que no hacen lo que está de moda. Mi obra está fuera del tiempo, rememora etapas que ya han pasado, como el cubismo, el constructivismo, el fauvismo… Me gusta investigar estilos que han tenido su espacio en la Historia del Arte a lo largo del tiempo. Es una recuperación de cosas que me interesan mucho y que intento convertir en algo personal». En su obra las letras son la disculpa para jugar con el color. «El color me apasiona —confiesa el artista— es el que habla al oído, el que me dicta el camino a seguir. Yo dialogo con el cuadro que me dice: mete aquí violeta, tápalo, pon negro, saca el blanco… para mí el color es fundamental. La España, en blanco y negro del grupo El Paso también me apasiona, pero creo que este país tiene mucho más color y los pintores que vivimos en él tenemos la obligación de reflejar ese cúmulo de cromatismos mágicos, esas ganas de vivir que, por lo menos yo, tengo».

J. Morgan tiene previsto que estas letras que le inspiran acaben su ciclo y ya está pensando en un nuevo tiempo para su pintura. «Estoy investigando sobre letras en tres dimensiones, o sea, hacer esculturas con las letras. Y hay también un futuro proyecto de integración del cuerpo humano con las letras… Posiblemente algún día desaparezcan de mi mundo, pero no me imagino cuando pueda ser».

Lugar: galería Ármaga. Calle Alfonso V, 6.

Horario: de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00

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