La bandera de León es de color Purple

La edición número 21 del Purple Weekend finalizaba ayer con los conciertos de Blow Up, Radio Days, Frank Popp y los veteranos Blues Magoos, y con una, de nuevo, multitudinaria e intensa sesión Allnighter en la discoteca Oh! León. Han sido cuatro días escuchando sonidos de calidad y descubriendo grupos llegados de los más diferentes puntos cardinales, amén de entablándose, de nuevo, una vivificante relación entre el pasado y el futuro de la música popular.

Pero el Purple también ha vuelto a tirar del turismo de León. Juancho López, coordinador del festival, hacía balance asegurando que durante estos días «los hoteles han estado llenos; tenemos que tener en cuenta que el visitante tipo que viene al Purple es una persona de más de 30 años, culta y con un alto poder adquisitivo». En ese sentido valoró muy positivamente el apoyo de los dos nuevos patrocinadores que se han sumado a la organización municipal del evento, Feve y la asociación de hosteleros Barrio Romántico. «Es muy importante que los hosteleros se den cuenta de lo bueno que resulta para la ciudad este festival», reflexionó López.

Recapitulaba el coordinador las maratonianas cuatro jornadas y expresaba «el muy buen sabor de boca» que les ha dejado: «Hemos valorado de forma muy positiva el hecho de que haya varios escenarios, nos gusta mucho la fórmula», comentaba Juancho López, añadiendo que la organización se plantea incluso ampliarlos. También están contentos con el Hispánico, por dimensiones y posibilidad de instalar el mercadillo.

En cuanto a la afluencia de público, López anotó cómo «todos los escenarios han estado llenos, alguno demasiado rápidamente, caso del Gran Café. Pero si sumamos las 2.000 personas en el Hispánico, las 1.000 del Musac, las 1.500 en Oh! León y las casi 800 en el resto de escenarios, tenemos que la cifra final, de una manera aproximada, sube de las 10.000 personas».