Diario de León

«Me hice escritor porque no pude ser jugador profesional de béisbol»

Más de mil personas llenaron ayer el Musac para asistir a la entrega del premio Leteo a Paul Auster

Paul Auster, ayer, recibiendo el premio Leteo de manos de Rafael Saravia, en el Musac.

Paul Auster, ayer, recibiendo el premio Leteo de manos de Rafael Saravia, en el Musac.

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cristina fanjul | león
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Y Paul Auster consiguió lo que casi nunca nadie logra en León: transformar un acto cultural en un fenómeno de masas. Nunca antes un escritor había suscitado tanto interés, tanto que el vestíbulo del Musac tuvo que cerrarse y algunos de los lectores de Paul Auster estuvieron a punto de quedarse sin verle. Pero sólo fue casi, porque el escritor pidió que el público hiciera un hueco a los que aún se mojaban bajo la lluvia en el dintel del Musac. El Ábrete Sésamo zanjó el problema y más de mil personas pudieron mantener un debate literario con el autor de Leviatán .

Tras agradecer a León su cálido recibimiento, Paul Auster elogió la labor de los miembros de Leteo. «Este grupo de poetas, de escritores, reunidos en torno al afán creador es muy inspirador. Cuando recibí la noticia de que me habían premiado, no lo dudé». Paul Auster agradeció así a los integrantes del club Leteo el i nterés demostrado por su obra durante el acto de entrega del galardón, que en esta ocasión se celebró en el Museo de Arte Contemporáneo de León.

Billy Wilder. La charla con los lectores tuvo momentos de gran ingenio. Ante la pregunta de qué fue lo que le llevó a escribir una obra tan optimista como Brooklyn Follies, Auster citó a Billy Wilder: «Hay que escribir comedia cuando te sientes triste y tragedias cuando estás en la cima de tu vida», dijo recordando el 11-S. S e refirió a los autores en español que le han inspirado y señaló a Cervantes, Lorca, Cortázar y Vargas Llosa, y ante la pregunta de una niña acerca de en qué momento decidió dedicar su vida a las letras, Auster fue tajante: «Cuando me di cuenta de que nunca sería jugador profesional de béisbol». Además, no tuvo reparos en admitir la influencia de su mujer y aseguró que, de no ser por ella, su suerte habría ido paralela a la de Daniel Quinn en Trilogía de Nueva York.

También hubo tiempo para la política. Tras asegurar que la elección de Obama ha marcado un antes y después en Estados Unidos, el escritor lamentó que las esperanzas se han desinflado. «La derecha no le permite desarrollar los cambios que prometió», destacó. Además, criticó el premio Nobel de la Paz y aseguró que sólo ha servido para que los radicales le ridiculicen.

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