Diario de León

LA OPINIÓN

El legado de Simoncelli

Fans de Marco Simoncelli durante el funeral.

Fans de Marco Simoncelli durante el funeral.

Publicado por
Emilio Pérez de Rozas
León

Creado:

Actualizado:

Todos creen que ya ha terminado todo. Y no, esto solo acaba de empezar. La muerte de Marco Simoncelli, que nos dejó a todos sin hablar, sin voz, sin palabras, sin letras, sin memoria, nos ha dejado una marca que tardará en desaparecer de nuestras mentes. Porque 'Sic¿, como le llamaban sus amigos, como lo conocía todo el Mundial, concentraba en su persona todo, absolutamente todo, lo que significa el deporte de alta competición, las carreras, el circo, el Mundial, el espectáculo, el miedo, el escalofrío, la velocidad, el show, el correr para ganar, el ganar para ser alguien, el ser alguien para marcar una época, la excelencia personificada.

Porque como empezó Marcos empezaron todos. Bueno, todos no. Los ha habido que han empezado más tarde. Como Axel Pons, al que no puedo olvidar ni un día de mi vida. Porque esa dureza, esa suerte, esa manera de vivir y afrontar las carreras que tiene ese muchacho, o no tiene sentido o es lo que acabará convirtiéndole en campeón, aunque es posible que tanto dolor, suyo, de su padre, de su madre, de su abuela, no tenga sentido. Cero lógica. Y, encima, es un gran estudiante.

Pero, sí, la carrera de Marco es la carrera de todos. Y todos lo saben. Porque quienes acusaron a Simoncelli de ser ángel y diablo a la vez tenían razón. Pero es que todos ellos, todos, tienen algo de los dos. Sí, también Jorge Lorenzo. Y también Casey Stoner. Y también Dani Pedrosa. Y, como no, Andrea Dovizioso. Porque todos ellos, cuando se bajan la visera, piensan en ganar. Y en no ceder. Porque aquí, en las carreras, en este circo de gladiadores, el que cede, pierde; el que se asusta mejor que se quede en casa; el que no está dispuesto a dañarse no ha de vestirse de cuero; el que no retuerza su muñeca derecha mejor cambia de oficio, de profesión, de hobby, de ilusión, de sueño. Porque sin hacer excesos en la pista es imposible convertirte en un mito, en ganador, en campeón. Imposible.

Nadie, ninguno de los que estuvieron presentes en Coriano para despedir a 'Sic¿, los que fueron (Rossi, Lorenzo, Dovi, Capirossi, De Puniet, Elias¿) y los que no fueron (Stoner, Pedrosa¿) tienen nada de que arrepentirse. Ellos, todos, hicieron bien en señalar a Marco por su arriesgado pilotaje. Era su obligación como profesionales y compañeros de parrilla, advertirle de que así no iba a ninguna parte. Ninguno de ellos, ninguno, y mucho menos Colin Edwards y Valentino Rossi tienen la culpa de que 'Sic¿ muriese entre la curva 10 y 11 de Sepang. Ninguno. No creo que nadie se crea esa bravuconada de Chicho Lorenzo, padre del campeón mallorquín, de que con mayor preparación psicológica Simoncelli se hubiese salvado. Eso no se lo cree ni su hijo Jorge, que ya empieza a estar harto del papi. Pero es su papi, sí.

El mundo se ha estremecido con la muerte de ese chico. Y sus compañeros se portaron como deben portarse. Le despidieron con los mejores y mayores honores y, si le ofendieron, le pidieron disculpas. Pero, insisto, no creo que le dijesen nada que no estuviese justificado. El problema de 'Sic¿ no fue que era demasiado atrevido en su pilotaje, el problema de 'Sic¿ es que nunca creyó estar pasando la línea del peligro. Y sí la superaba. ¿Cómo todos?, puede, pero el resto, cuando la superan, lo saben. El problema de 'Sic¿ es que lo acusaron de que, si seguía así, iba a matar a alguno de ellos. Y, al final, ha sido él quien ha muerto bajo las ruedas de otros.

Se va 'Sic' y el mundo se queda huérfano de campeones. He leído a Kewin Schwantz, uno de los grandes, de los enormes, de los más atrevidos, largo y espigado como su amigo Marco, valiente y aguerrido como él. Y le he leído que, no solo Italia ha perdido a su campeón con más futuro. "Lo ha perdido el mundo", señala Schwantz: "Seguirán Stoner y Pedrosa, sí, pero ellos no tienen la pasión de Marco. Marco era para mi el único que podía hacernos levantar de nuestros sillones en los próximos años. Luego vendrán Marc Márquez y, después, Maverick Viñales. Pero ahora, en estos días, solo Simoncelli lograba ponerme la piel de gallina".

Lo siento, Sito, lo siento, pero yo no dejo de pensar en Axel. Yo quiero a ese muchacho. Me parece de lo mejor que he conocido en este circo, pero estoy harto, cansado, temeroso, asustado, tembloroso, inquieto, preocupado, de verlo siempre dañado. Yo no digo que ese muchacho no sirva para esto. Digo que nada en esta vida merece tanto dolor. Nada.

tracking