Lucha leonesa. Montaña-Ribera
El corro para sentir la lucha
La Montaña defenderá en su tierra . el gallo ganado en León en el 2010.
La final de 2010 dejaba en pie al último de la montaña.
En el pabellón «Vadinia» de Cistierna, esta tarde, a partir de las cinco, se disputa, se celebra, «El Corro».
Tradición y actualidad son las dos integrantes inseparables del aluche; si hay alguna manifestación de la lucha en la que esas dos vertientes se muestren en su mejor confluencia, si hay alguna síntesis reveladora de cuanto la lucha leonesa es y significa, si hay un corro entre los corros, ese es el «Montaña-Ribera».
Desafíos de los de un partido contra el otro, los de un lugar contra todos... fueron el histórico cauce de los legendarios agarres, protagonizados por personajes cuya grandeza se confunde entre historia y leyenda: Jandrón , su reto a quien fuera, amparado tan sólo en el cántaro compañero; Crescencio Escanciano, y los treinta y un rivales tirados en Riaño, Tinón el Cojo de Paradilla, el pequeño pueblo que podía plantar cara a Montaña y Ribera, molineros de Carbajosa, de Garrafe, Felipe León, Cayo de Celis...
Recuerdos imborrables. Hace unos días el ribereño Cayuso y el montañés Avelino le contaban a los estudiantes de la Facultad de Deportes cómo habían vivido, cómo sintieron lo vivido al cinto: «Montaña contra Ribera era la Lucha».
«En medio de un gran ambiente propicio para los aluches se desarrolló el domingo, en Villafañe, el anunciado corro de Ribera contra Montaña que organizó la Agrupación Provincial de Lucha Leonesa en un intento por recuperar nuestro más ancestral deporte en sus orígenes».
De esta manera se destacaba el inicio de la crónica que en El Diario de León de finales de septiembre de 1984, Camino Gallego hacía del que fue primer «Ribera-Montaña» de los nuevos tiempos.
En aquel resurgir, un cordero premiaba al vencedor en cada uno de los tres pesos, gallo a quien más rivales tirara y mazapán al segundo en este logro. Donato Sánchez, de Prioro, se impuso en la primera categoría y permaneció en la luche ante los ribereños de medios. Uno de estos, José Antonio González, de Barrillos de Curueño, sería el gran triunfador de aquella jornada, permaneciendo en el corro tras imponerse en su peso medio y haciéndolo de nuevo en el superior ante cuantos a él se enfrentaron. Y merendaron los de la Ribera dos corderos y gallo.
Se ponía en pie para dar sus primeros pasos por aquel año de 1984 Avelino García, quien en el pasado de 2010 en pie permaneció, en el centro del corro, tras concluir el último combate frente a Alberto Rodríguez, y así, en lo más alto, pudo disfrutar el privilegio de alzar el trofeo que ganó el esfuerzo de más de treinta luchadores hechos uno por el tan antiguo como imperecedero sentimiento de un vínculo con la tierra de los suyos y los sus grandes valores: los de la lucha leonesa.