Diario de León

primera división

El Madrid tapa su herida (4-1)

El líder vuelve a remontar gracias a su contundencia en ataque y a los errores defensivos del Athletic de Bilbao.

Ronaldo celebra su primer gol, segundo de su equipo, junto a Xabi Alonso, Granero y Marcelo.

Ronaldo celebra su primer gol, segundo de su equipo, junto a Xabi Alonso, Granero y Marcelo.

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santiago aparicio | madrid
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El Real Madrid encontró su bálsamo en la visita del Athletic (4-1), en el retorno a la Liga, donde rehabilitó su ánimo y el de la afición, después de haber salido malparado del severo revés copero ante el Barcelona.

Mourinho revolucionó su once. Distanciado del conservadurismo extremo del miércoles copero, tiró de una propuesta fuera de uso. ¿’Jugones’?, pues ‘jugones’.

Sin volante de contención, el Real Madrid se plantó, de inicio, con Xabi Alonso, el alemán Mesut Özil, el brasileño Kaká y Esteban Granero. Alertado por el peligro rival, Mourinho buscó el ‘anti Llorente’. Encontró al francés Raphael Varane. Centímetros, porvenir y poco más, quedó a menudo en evidencia ante la rapidez en las transiciones del equipo bilbaíno. Especialmente en la primera mitad. Después creció.

El Athletic es fiel a las ideas impuestas por su preparador. Siempre el balón jugado. Llegada al área blanca con varios futbolistas, con diferentes opciones. Así fue como abrió el marcador. Con una entrada de Javi Martínez por la banda derecha. Un centro hacia el corazón del área, por donde pasaba, desde atrás, Llorente, que batió a Casillas.

Tres tiros de Esteban Granero, sin problemas para Iraizoz, y uno alto hacia la nada de Karim Benzema fueron el bagaje ofensivo del Madrid hasta el minuto 25, cuando llegó el tanto de Marcelo.

El Real Madrid empezó con ventaja la vuelta de vestuarios. En su mejor jugada de ataque, Iturraspe agarró por el pantalón a Kaká dentro del área y Ronaldo transformó el penalti. Sonrió el luso tras marcar el gol.

Bielsa tiró de Gaizka Toquero e Ibai Gómez como primera medida. Dos delanteros. Pero apenas dio tiempo a comprobar su efecto. Un contraataque blanco manejado entre Ozil y Benzema supuso un penalti al alemán, aunque la jugada terminó en gol, y en expulsión de De Marcos. Ronaldo volvió a transformar y a firmar la sentencia.

José Callejón redondeó la cuenta en plena agitación de la grada. Cerró un centro de Higuaín y silenció las protestas de la mayoría de la afición, que rechazó significativamente el ánimo a José Mourinho del fondo sur.

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