Diario de León

ATLETISMO. CARRERA DE MONTAÑA

Picos no frena a Salva Calvo

El cepedano firma con éxito su travesía de 45 horas junto a Pablo Villa y Jesús Novas.

La exigencia del recorrido, en el que la nieve y el hielo se convirtieron en compañeros inseparables, no echó atrás a Salva, Pablo y Jesús.

La exigencia del recorrido, en el que la nieve y el hielo se convirtieron en compañeros inseparables, no echó atrás a Salva, Pablo y Jesús.

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Para el común de los mortales recorrer en pleno invierno el anillo de Picos de Europa ‘tocando’ todos los refugios es una empresa de locos. Para Salva Calvo, un reto más, excitante, peligroso pero a la vez superable.

El ultrafondista cepedano contó en esta ocasión con la compañía de Pablo Villa y Jesús Martínez Novas para acometer una prueba en la que el atletismo alcanza su expresión más extrema. Unas zapatillas mixtas, camisetas térmicas, alguna ropa ligera de recambio, gafas, gorra y guantes fueron el único equipaje con el que contaron para afrontar una iniciativa que tenía como primera estación la localidad de Posada de Valdeón.

Desde allí, en la madrugada del sábado pasado (cinco y media) Salva, Pablo y Jesús daban sus primeros pasos. Cordiñanes empezaba a calibrar las sensaciones de todos ellos. Con 45 horas por delante quedaba mucho trayecto y riesgo que acometer. El refugio de Collado Jermoso puso ya en algún aprieto a un trío que caminaba ya con la luz del sol, aliado durante buena parte de la carrera. en el otro lado estaba la oscuridad a la que tuvieron que hacer frente que junto a la nieve y el hielo se convirtió en el enemigo más exigente y peligroso. No había espacio para los errores. Caer en alguno podía costar incluso la muerte.

Después de una pequeña concesión del terreno previa al paso por Cabaña Verónica desde los Tiros de Casares Salva guiaba a sus compañeros a un escenario más adverso. Aliva se convirtió en el lugar donde tocaba el avituallamiento. «Pablo CRiado y Ana nos llevaron algo para reponer fuerzas. Lo necesitábamos porque el desgaste estaba siendo ya notable. Además, no podíamos parar. El reto era hacer el trayecto sin dormir. Cada minuto era importante y esa tensión también afectaba al estado físico», apunta Salva.

Collado de Valdominguero y Refugio de Andara empezaban a calibrar la resistencia de los tres ultrafondistas. Eso sí, Jesús, especializado en la subida a ‘ochomiles’ (contabiliza siete), se convirtió en una gran ayuda.

Sotres apareció como el nuevo avituallamiento. El peligro a partir de ese momento iba a aumentar con la caída de la noche. Pero había que llegar al refugio de Urriellu. Habían transcurrido algo más de 17 horas y quedaba incluso más trayecto por completar.

Un pequeño descanso les serviría a Salva, Pablo y Jesús para acometer los duros exámenes posteriores: había que pasar por el refugio de Cabrones, Poncebos y el refugio de la Vega del Ario. La zona asturiana contemplaba a los atletas-montañeros. Pablo empezaba a sufrir un ritmo tan agotador aunque su recuperación le permitió mantener el paso para ‘tocar’ el refugio de Vegarredonda, Vega Huerta y Vegabaño. Las horas habían pasado de forma vertiginosa. Después de 45 y 25 minutos el reto se había completado con la llegada a Soto de Sajambre. Un éxito que según los protagonistas tardará mucho tiempo en igualarse.

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