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El Ademar recobra coraje (32-26)

El equipo leonés cae ante el Hamburgo pero da síntomas de recuperación anímica y termina con la cabeza alta.

Los defensores del Hamburgo, Vori y Lijewski, intentan detener a Iosu Goñi que ayer, con doce goles, fue una pesadilla para la defensa germana.

Los defensores del Hamburgo, Vori y Lijewski, intentan detener a Iosu Goñi que ayer, con doce goles, fue una pesadilla para la defensa germana.

Publicado por
g. fernández | león
León

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Cuando el Reale Ademar no es agresivo con los rivales pierde de catorce. Los ejemplos cercanos con las dolorosas derrotas ante Chekhovskie y Barcelona así lo corroboran. Cuando no compite con la dignidad que representa llevar ese escudo sale humillado de la pista. También pudo verse —o mejor dicho sufrirse— en esos dos encuentros. Ayer por fortuna, el equipo pudo salir con la cabeza alta pese a caer derrotado ante el Hamburgo alemán por 32-26. La imagen del grupo mejoró de forma notable con sólo aumentar varios grados la concentración y la intensidad defensiva y poner una buena dosis de orgullo sobre la pista del Sporthalle de Hamburgo. Fue lo mejor de este nuevo envite europeo porque la derrota le mantiene en la quinta posición del Grupo A y le aleja un poco más de su reto de pasar a la próxima ronda de la Champions: los octavos de final.

Pero el cambio en las sensaciones fue lo más positivo. Y además el equipo lo necesitaba. También la afición. De entrada ya se pudo comprobar que las vibraciones eran otras. El empate a cuatro cuando habían transcurrido cinco minutos de partido era indicativo de un cambio sustancial respecto a los partidos anteriores de amargo recuerdo.

El equipo leonés, azuzado por su técnico, salió con una carga extra de intensidad que se tradujo en que fue capaz de plantar cara al Hamburgo. Los dos técnicos fueron fieles a sus sistemas defensivos en 6-0. En el minuto once el equipo leonés sigue ahí: 6-5. Una desventaja mínima gracias a un enchufado Goñi con tres tantos de tres lanzamientos. Lo malo y ya empieza a ser un hábito es que Golubovic no aporta desde el lateral zurdo y eso no se lo puede permitir un equipo con tan pocos efectivos —y más en ese puesto— como el Reale Ademar.

Apretando los dientes el equipo leonés se mantiene en el partido. Cadenas apuesta ahora por el doble pivote con el joven Piñeiro. para dosificar esfuerzos. Un sistema poco habitual en Alemania que pone en evidencia a la defensa germana, que no lo pasa bien con dos jugadores incrustados en su zona central.

El Hamburgo manda pero su renta nunca supera los tres goles. El Ademar hace un buen balonmano con Cadenas exprimiendo sus recursos tácticos. Goñi sigue con su recital de bravura y lanzamiento.

Sin embargo a medida que pasan los minutos el 6-0 defensivo de los alemanes oscurece el ataque ademarista. Manolo Cadenas decide pedir su primer tiempo muerto para refrescar un poco las ideas. Quedan ocho minutos para el final de la primera mitad. Le da resultado, Goñi hace su quinta diana y pone el marcador en 12-10.

El Reale Ademar está compitiendo con dignidad. Era la exigencia de Cadenas y están cumpliendo. Iosu Goñi es el pistolero más rápido ayer en el Sporthalle de Hamburgo. A falta de dos minutos el navarro hace su séptimo tanto de los catorce que lleva el equipo leonés.

El técnico germano Martin Schwalb pide su primer tiempo muerto pero incomprensiblemente no ordena ninguna mixta sobre el navarro.

Con 16-14 termina la primera mitad. Un resultado esperanzador totalmente alejado de las diferencias espectaculares de los últimos encuentros. El equipo leonés está en el partido. El único pero que se le podría poner es que la defensa no ha estado a su mejor nivel. 16 goles son demasiados pero la mejor noticia es que el envite está abierto.

En la segunda parte el partido marcha por una senda muy similar a la de la primera. Goñi tirando del carro —lleva ya nueve— y el Hamburgo sin poder distanciarse. Y eso que en el arranque del segundo tiempo el equipo leonés no supo aprovechar dos situaciones de superioridad.

Así fue hasta el minuto trece, donde aprovechando dos faltas claras al ataque leonés que no pitaron los árbitros —los colegiados húngaros ayer deplorables— los alemanes se fueron hasta los cinco goles de ventaja: 23-18, la máxima renta que habían tenido en todo el partido.

Pero el Ademar de ayer no era el de los últimos días, apretó los dientes y se agarró al partido con todo a pesar de que la gasolina empezaba a ser escasa. La prueba de que el equipo leonés plantó batalla es que el técnico alemán tuvo que emplear a sus tres porteros —Hermann, Tahirovic y Beutler— porque ninguno estaba conteniendo de forma adecuada el ataque ademarista. Por desgracia con el último acertó y el acierto Beutler ayudó al Hamburgo a sentenciar el partido.

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