La intensidad es hasta el final

Con deportividad roberto canuria

Las últimas jornadas no han sido especialmente fructíferas en cuanto a la consecución de resultados positivos. Los minutos finales están pasando factura al trabajo realizado durante el resto del partido. Sería bueno analizar el porqué se producen repetitivamente este tipo de situaciones que más que generar aprendizaje y experiencia, lo que hacen es transmitir desconfianza, temor y desilusión. La regularidad es uno de los exponentes que determinan y sirven para calificar y explicar la trayectoria de un equipo, bien es cierto que errores se producen en el transcurso de una temporada, pero también hay posibilidad y deber de corregirlos, significando eso lo que solemos denominar, capacidad de mejora. El problema comienza a preocupar, cuando esos errores aparecen asiduamente y afectan al devenir del encuentro. Ahí deben surgir soluciones, y cuanto más rápidas mejor.

Todos sabemos que en cualquier competición lo que cuenta es el resultado final, lo demás es secundario. Pero para conseguir que sea positivo se debe mantener la concentración desde el primer hasta el último minuto, manteniendo esa línea regular de confianza, fortaleza e intensidad que te permita controlar todas las necesidades desde el principio hasta el final. Cualquier fallo se paga caro, y eso suele llegar a desesperar y hasta perder la propia credibilidad. Tiempo hay de corregir los errores, porque, ‘doctores tiene la Santa Madre Iglesia’. Es un aviso para navegantes, la experiencia lo demuestra y te recuerda, que hasta el rabo todo es toro.