Los Capuchinos tienen intención de potenciarla como albergue y residencia
El contrato de arrendamiento que unía al Ademar con los Hermanos Capuchinos finalizaba el próximo mes de junio. Sin embargo, ambas partes, accedieron a romperlo de mutuo acuerdo por entender que era lo mejor para los dos. Para el club leonés porque se ahorra esos 50.000 euros correspondientes a la renta de esta campaña y suprime una residencia que cada vez generaba más deuda. Para los religiosos porque recuperan el control de unas instalaciones que, según reconoció el propio presidente ademarista, tienen intención de rentabilizar y de potenciar.
«La intención de los patronos es potenciar la residencia y el albergue. Eso es lo que hemos constatado cuando hemos hablado con ellos», apuntó en este sentido a la vez que agradeció la sensibilidad que siempre mostraron hacia el club leonés a pesar de la deuda arrastrada desde hace años. «La Fundación está agradecida que nunca nos han apremiado en nada por las cantidades adeudadas».
La deuda con los religiosos por el alquiler ronda los 105.000 euros en estos momentos. A los siete trabajadores se les adeudan dos nóminas y una paga extra; una deuda que la actual dirección del club leonés heredó de la etapa anterior durante la época de Carlos Pollán en la presidencia del club leonés. A partir de ahora estos siete trabajadores pasan a depender de los Hermanos Capuchinos; legalmente cuando se produce una situación de estas características, cuando se extingue el contrato, la propiedad asume también la plantilla.