La Alto Sil vuela alto

El año pasado, la banda australiana AC/DC agotó en apenas hora y media las 55.000 entradas puestas a la venta para su concierto del 31 de mayo de este año en el Estadio Vicente Calderón de Madrid. El ansia de sus incondicionales por disfrutar de los ‘riffs’ de Angus Young es innegable. Con el mundo de las carreras de montaña existe un paralelismo con evidentes similitudes. Hay pruebas que, por diversos motivos, agotan sus dorsales en cuestión de minutos, nada más que se ‘levanta la veda’ en internet. León tiene la suerte de tener una de ellas en su calendario, es la Alto Sil, una de las trail running más espectaculares que este año celebrará los próximos 14 y 15 de marzo su séptima edición entre los montes (presumiblemente nevados) de Santa Cruz del Sil y Páramo.

Hace dos semanas abrió las inscripciones on line por internet y en menos de veinte minutos se habían agotado los 500 dorsales: los 400 para la Mammut Alto Sil de 32 kilómetros y los 100 para la prueba de velocidad el Vertical al Bóveda de casi cuatro kilómetros y un desnivel positivo de 800 metros. Realmente, a los cinco minutos ya estaban todos los dorsales dados.

Precisamente ese tremendo enganche que genera entre los amantes de los trails de montaña le ha servido para que haya sido incluida en el ranking de las siete carreras del mundo más ‘deseadas’ por los corredores. En ese singular escalafón dado a conocer por «Desnivel», la publicación de referencia en pruebas extremas, acompañan a la Alto Sil otras seis más: la Zegama-Aizkorri en el País Vasco que recibe más de 5.000 solicitudes para sus 225 dorsales; la Ultra Trail Mont Blanc en Francia; el gran mastodonte que recibe cerca de 15.000 solicitudes para los casi 7.000 corredores que reúne cada año; la Hardrock 100 Endurance Run en los Estados Unidos, considerada la prueba más «europea» de Norteamérica. Es única en su especie por su sistema de sorteo de plazas on line, en las que sólo tienen una reservada el ganador y la ganadora de la anterior edición; el Gran Trail Peñalara en la sierra de Guadarrama, la carrera de referencia del centro peninsular es también todo un éxito de inscripciones; este año, la prueba reina tardó 25 minutos en llenarse, mientras que la prueba corta, de 60 kilómetros, lo ha hecho en apenas 30 minutos; la Western States, también en Estados Unidos, es la decana del ultra trail moderno. Su auge obligó a la organización a hacer un sorteo de inscripciones y son miles las solicitudes para unas vacantes que no han crecido desde la puesta en marcha de la ley de parques naturales de los EEUU. Ahora son menos de 400 las plazas que cada año se ponen en circulación. Y por último, el Maratón Alpino Madrileño, otra clásica del centro peninsular que agota sus plazas en un visto y no visto.

Lolo Díez, el alma mater de esta carrera que nació en 2009 tampoco acierta a explicar el ‘boom’ de la Alto Sil en el trail running. «Es la primera carrera del año y antes apenas había carreras de este tipo. Muchos corredores venían aquí a probarse sin mucho compromiso y a disfrutar del ambiente festivo de la prueba», explica. Sin embargo hubo un antes y un después. Fue en la edición de 2012 cuando participó el atleta italiano Marco De Gasperi, uno de los grandes nombres del trail running mundial y que a la postre se ciñó la corona. «Fue todo un bombazo. Su presencia aquí hizo que nos conociese mucha gente y aumentó enormemente el estatus de la prueba».

Díez también reconoce que la Alto Sil tiene un enorme tirón en las redes sociales y goza del cariño de los corredores a pesar de su escaso presupuesto de 18.000 euros, una «minucia» en comparación con los más de 200.000 de la Zegama. «Lo que tenemos —añade con una evidente dosis de orgullo— es todo un pueblo (Santa Cruz del Sil) formando parte de la organización. Es una carrera que ha nacido en un pueblo y el recorrido está siempre lleno de gente».