«Es un privilegio que se haya fijado en mí este club de Ecuador»

Son días frenéticos. Aún el sábado celebraba el triple que a falta de un segundo y siete décimas le daba la quinta plaza de la Liga Femenina a Embutidos Pajariel Bembibre y hoy ya está en Ferrol, haciendo la maleta para viajar el lunes a Ecuador y ponerse la ropa de entrenamiento del Universidad Tecnológica Equinoccial y empezar una corta pero intensa aventura.

—¿Es una aventura?

—Sí, lo es. Yo lo pensé mucho, pero después de ver el club y el prestigio que tiene en Ecuador y Latinoamérica, la opción de pelear por recuperar el título de Liga y jugar la Liga Sudamérica y además no me impide hacer lo que hago aquí el resto del año, me llevó a considerar la oferta, que además es buena en todos los sentidos. Es un privilegio que se fijaran en mí.

—Hay gente que se pregunta que si renovó con el Embutidos Pajariel hace poco más de una semana, cómo es que ahora se va a Ecuador.

—No tiene nada que ver y el contrato es sólo por dos meses y medio. Yo trabajo prácticamente los doce meses para CB Bembibre, aunque la Liga con al pretemporada duran siete. Y el trabajo de fichar y organizar lo puedo hacer desde Ecuador, Ferrol o cualquier sitio.

—Jugar el equivalente de la Euroliga en América será otro aliciente...

—Es una ilusión muy grande. Creo que en nuestro grupo tenemos que ir en principio a Chile. Voy a conocer a jugadoras y una filosofía diferentes que estoy seguro que me van a enriquecer.

—¿Qué nivel cree que hay?

—Hay que ir sin prejuicios. Lo primero es intentar que el equipo tenga orden tanto de horarios como de adherencia de entrenamientos... Creo que hay buenas jugadoras. Siete juegan en la selección nacional, que se ha clasificado para jugar un Preolímpico en Canadá, algo que ellos consideran un hito histórico. Eso es bueno. Además, hay muy buenas extranjeras, muchas de ellas están ahora en España, incluso jugando en equipos punteros. Y entiendo que si fichan a tres jugadoras y un entrenador extranjeros es para intentar aumentar el nivel.

—El baloncesto Sudamericano está llamando la atención en España...

—Sí. Richi está entrenando en Chile, Aranzana y Ricard Casas, en Venezuela... Para mí es reconfortante que me vengan a buscar y poder entrenar en Liga Femenina en España y ahora también en Ecuador, además de jugar la competición continental allí.

—¿Cómo surgió la oportunidad?

—Me llega a través de Prodep, de Nicolás San José. Ya me había preguntado varias veces si estaba dispuesto llegado el caso a salir al extranjero. A mí me gustaría entrenar un día a un equipo polaco, turco, ruso o español que aspirase a ser campeón de Europa. Yo sueño con ganar títulos y soy la persona más feliz del mundo en Bembibre, porque en cierta medida lo que hacemos también se puede considerar como títulos para un club tan humilde y para una población tan pequeña. Pero esto son etapas. Estoy muy feliz en El Bierzo y habiendo tenido oportunidades de marcharme, no lo he hecho, porque estoy donde ahora quiero estar. Estoy muy identificado con Bembibre y nos queda mucho por hacer.

—¿Impuso algo, del estilo de renovaciones o fichajes para seguir en Bembibre?

—No, nunca lo he hecho. Además, estoy en un sitio en el que confían tanto en mí y me escuchan tanto, que no puedo poner condiciones. Sólo digo «me gustaría...», «si pudiéramos...», «podríamos intentar...», etcétera. Lo que tengo claro es que desearía que de las diez profesionales, cinco, seis o siete al menos siguiesen. A lo mejor no pasa. La foto del equipo que tiene Velasco y la que tengo yo coinciden casi al 100%. Dentro de nuestras posibilidades me gustaría poder tener cuatro pívots, pero yo no exijo. Tampoco sé si toda la gente que me gustaría que siguiese, va a poder hacerlo. Pero si una jugadora se va para mejorar porque se ha revalorizado aquí, orgullosos tenemos que estar y se lo agradeceremos. También en ese caso espero que reconociesen lo que este club les dio.