Diario de León

El templo de la capoeira en León

La capoeira representa lo que es la mixtura de Brasil: un arte marcial con raíces africanas y con aportaciones de la cultura indígena y europea.

Toda la plasticidad y vistosidad de la capoeira en el Centro Muzenza que dirige Marcelo Amorim en León desde hace más de una década.

Toda la plasticidad y vistosidad de la capoeira en el Centro Muzenza que dirige Marcelo Amorim en León desde hace más de una década.

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GEORGINO FERNÁNDEZ | LEÓN
León

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Si el kung fu tiene en el tempo de Shaolín a su máxima expresión, la capoeira en León tiene también su particular monasterio y ese no es otro que el Grupo Muzenza, que dirige desde siempre Marcelo Amorim. Afincado en la capital leonesa desde hace trece años puede presumir de ser el verdadero artífice de difundir por estos lares este singular arte marcial brasileño que goza cada vez de un mayor número de seguidores. El Grupo Muzenza tiene como objetivo directo difundir la capoeira como filosofía, buscando el desarrollo del nivel técnico, teórico y didáctico-pedagógico de la Capoeira como arte, lucha, cultura, carrera y filosofía de vida.

En buena medida por su devoción, la capoeira es hoy una palabra y una disciplina deportiva conocida. Pero no fue así cuando Amorim llegó aquí. «Era totalmente desconocido, algo solo visto en las películas o en la publicidad como mucho», reconoce cuando echa la vista atrás en el recuerdo.

Llegó a León como estudiante universitario para seguir y ampliar sus estudios de Educación Física que había iniciado en su Brasil natal. «Pero no tenía condiciones financieras», dice con su muy buen español trufado de expresiones cariocas. «Tuve que trabajar y fui echando curriculums en gimnasios y clubes de la ciudad. Empecé a hacer exhibiciones, espectáculos en gimnasios y en pueblos también y entonces hubo un boom, la capoeira se puso de moda. Luego, la Asociación Cultural Brasileña también ayudó al crecimiento natural de la capoeira en León», explica.

Comenzó dando clases en gimnasios de la ciudad y desde hace unos años fundó su propio centro —Muzenza— en los bajos del número 34 de la calle Colón, no muy lejos de San Marcos. «Viendo que había interés y que tenía alumnos acabé quedándome en León y cambié toda mi vida para ayudar a difundir la capoeira y el jiu-jitsu».

En todo este tiempo han pasado cientos de alumnos por sus manos. «Yo diría incluso que miles», asegura. «He hecho muchos cursos para cincuenta y setenta personas, programas de capoeira y muchas cosas más. Ahora me para mucha gente por la calle y me dicen ¿qué tal te va Marcelo? Yo fui alumno tuyo», apunta con una sonrisa este maestro de la capoeira que responde a un curioso mote: Quebra-Côco.

En la capoeira los practicantes de rango elevado tienen todos un sobrenombre. El origen del suyo —rompe cabeza sería la traducción en español— hay que buscarlo en su país cuando era más joven. Su mote es debido a uno de los entrenamientos de caídas. En este entrenamiento, aplicó un golpe a su hermano Vinicius sin querer, y le tiró al suelo, cayendo este de cabeza. En un primer momento, todos pensaron que su hermano había muerto, pues el golpe de la cabeza contra el suelo se escuchó por todo el club, en el barrio de Ipanema. Por suerte había un médico que prestó los primeros auxilios a Vinicius. Durante este incidente, Marcelo estaba muy preocupado. Finalmente, llevaron a su hermano al hospital y todo se quedó en un gran susto. A raíz de este golpe, Marcelo recibió el mote de «Quebra-Côco» (rompe cabeza) y su hermano el de «Coco-Quebrado», aunque este último pasó a llamarse «Bombeiro», debido a su profesión actual.

En su palmarés como maestro de capoeira figura todo un rosario de títulos. Subcampeón Campeonato Open Gran Canaria de Capoeira 2015 (AJ), finalista entre los Top 10 Campeonato Mundial- Río de Janeiro 2013 (Muzenza–Superliga Brasileira de Capoeira), Campeón Europeo Algarve 2010 y París 2011 (Muzenza–Superliga Brasileira de Capoeira), cuarto clasificado Mundial–Río de Janeiro 2010 (Muzenza–Superliga Brasileira de Capoeira), subcampeón Mundial–Niterói 2009, etc.

Realmente la capoeira tiene un origen singular. Inicialmente lo practicaron los esclavos africanos que tenían pensado huir para estar en plena forma y poder defenderse. De ahí que lo disfrazasen como una danza para no despertar sospechas. «Antiguamente —explica Amorim— la capoeira estuvo prohibida, porque se pensaba que era una actividad propia de delincuentes, hasta que Brasil entendió que era algo cultural. A finales de los años treinta o principios de los años cuarenta se legalizó. Antes, los capoeiristas eran mal vistos pero empezó a practicarla las elites del país, universitarios, doctores, artistas famosos y entonces todo cambió. Hoy está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Tambores, el arco berimbau, panderos, cánticos, palmas. Todo eso forma parte de la capoeira que es sin duda el arte marcial con una mayor musicalidad. «Está evolucionando hasta el día de hoy y ha pasado por varios procesos. Tiene raíces africanas, indígenas y europeas. Es la pura esencia de lo que es Brasil, algo parecido a lo que representa la lucha leonesa aquí», apunta Marcelo para hacer un paralelismo entre estos dos símbolos de identidad cultural.

Pero en el Grupo Muzenza León no sólo se imparte el rítmico arte de la capoeira. También hay hueco para otra especialidad de Brasil, el jiu-jitsu brasileño, donde Amorim también destaca no en vano este año se colgó la medalla de oro en el Campeonato Europeo FIJJD Madrid 2015 y en el Open Múnich Winter 2015 IBJJF. Marcelo Quebra-Côco también es el responsable de la difusión de jiu-jitsu en León. Esencia de la cultura y la historia brasileña en la tierra de los aluches.

El jiu-jitsu brasileño es un arte marcial especializado en la inmovilización del adversario. En la imagen Marcelo Amorim. JESÚS.

Una chica practicante de capoeira en Muzenza. JESÚS.

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