Concluye una mala campaña de becada marcada por el tiempo
w El invierno atípico, con temperaturas elevadas, frenó la llegada de estas aves.
p. vizcay | león
A diferencia de otras comunidades como Aragón, donde el cierre de la becada se produce más tarde, en la segunda quincena de febrero, el pasado domingo finalizó la temporada de caza menor y con ella la de esta especie cinegética que, en León, suele conocerse como «perdiz chocha» o pitorra. No ha sido un buen año, desde luego bastante peor que el pasado, y los expertos lo achacan a la climatología tan benigna, de este invierno atípico. Desde el principio de temporada se vieron algunas «chochas», pero fue a partir de la luna nueva del 11 de noviembre cuando pudo apreciarse un cierto incremento. A pesar del escaso número de aves los aficionados no se preocuparon, pues nadie ignora que son los bruscos cambios de temperatura y de presión los que las hacen emigrar desde las frías tierras del norte y centro de Europa hacia latitudes más templadas. La falta de nevadas copiosas consiguió que, zonas habituales de paso como son el Pirineo en Huesca o la cordillera Cantábrica, se convirtieran en lugares de permanencia y es aquí, a notable altitud, donde los «becaderos» tuvieron sus mejores jornadas, que no en las montañas de León.
El frío invierno que las mueve hacia el sur no llegaba y los lugares de «paso» se convertían en zonas de «invernada». Pero tampoco los meses de diciembre y enero se caracterizaron por el frío y la nieve, por lo que las «pitorras» más viajeras, las que llegan de las estepas de Siberia, apenas llegaban y, si lo hacían, se quedaban a medio camino. El campeonato autonómico, celebrado en Modino, fue un buen ejemplo con tan solo cuatro aves abatidas. En definitiva, un año decepcionante en una temporada todavía más decepcionante donde la perdiz ha brillado por su ausencia y la becada, que cada vez seduce a más aficionados con «piernas» para romper el monte, tampoco se ha caracterizado por su generosidad.