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Desafío leonés a la parálisis para ir a los Juegos
Sin límites. Raquel nació con parálisis cerebral hace 25 años. Desde 2015 compite en esquí adaptado y cada día trabaja muy duro para entrar en el equipo nacional, paso previo a Pekín 2022
Raquel compite, sobre todo, en las disciplinas de eslalon y gigante. J.P.
sergio c. anuncibay | león
Raquel Martínez Muñiz convive desde hace 25 años con una parálisis cerebral que condiciona sus movimientos. Le afecta a los brazos y a las piernas. Hasta no hace mucho era incapaz de dar un aplauso o, incluso, de «cortar un filete con el cuchillo». También tuvo que pasar un par de veces por el quirófano por culpa de una luxación congénita de cadera.
No lo ha tenido fácil, pero esta joven leonesa, de sonrisa perene, ha demostrado un arrojo que impresiona. Con apenas cinco años comenzó a esquiar, tutelada por sus padres, y desde 2015 compite a nivel nacional. Sueña con ir a los Juegos Paralímpicos de 2022, que organizará Pekín.
Es un reto importante. Uno más. Raquel ha derribado muros más altos. Trabajará «muy duro» durante los próximos cinco años para estar en la cita olímpica. Entrena prácticamente todos los días. Primero en la estación de San Isidro. «Me levanto a las siete de la mañana y a las nueve y cuarto ya estoy en las pistas», explica. Cuatro horas de sesión que dirige Raúl Blanco, de la escuela Arropaje. Ahí pule los aspectos técnicos. Después regresa a León, come con su familia, descansa un poco y a las siete de la tarde acude al Centro de Alto Rendimiento, donde trabaja el físico a las órdenes de Ricardo Alcalde.
Desde que empezó a ir al CAR y conoció a su nuevo técnico, que también entrenó a su hermano Javier, lo ha «notado muchísimo, no sólo en el esquí, también en el día a día», apunta. Camina «mejor» y tiene «más equilibrio» cuando desciende sobre la nieve. Eso le ha permitido entrar en el programa de detención y seguimiento de la Federación para formar parte del equipo nacional de esquí adaptado. Ya ha estado en dos concentraciones, ambas en el Valle de Arán. Superó las pruebas y esta misma temporada participará en un evento internacional invitada por la selección. Eso será después de la Copa de España que acogerá Sierra Nevada el 27 de marzo. Un par de días más tarde regresará a Baqueira, donde espera una nueva concentración del equipo nacional y el Campeonato de España. «Mi sueño es ir a unos Juegos, pero necesito obtener resultados», señala Raquel, que prácticamente se sufraga todos los gastos derivados del deporte de alto nivel. Recibe una beca Relevo de la Junta y cuenta con el apoyo de la Clínica Fierro, del Restaurante Casa Estrella y de Cárnicas Riaño, además de Santa Mónica y Todo Aventura.
Echa en falta el apoyo de la Diputación y necesita que alguna empresa más apoye su carrera hasta Pekín 2022. Así será más sencillo clasificarse para los Juegos. Ella no escatimará esfuerzos, como ha hecho siempre. Desde que acabó la carrera —es ingeniera informática— dedica todo su tiempo al esquí. La temporada anterior quedó campeona de España. Y en ésta espera repetir el oro y rebajar sus propias marcas. Raquel no se pone límites. Su constancia es un ejemplo de superación. Y siempre con una sonrisa.
Entrena por las tardes en el Centro de Alto Rendimiento. J. P.