Manifestación y turno de comparecencias

M. ÁNGEL TRANCA | LEÓN

Unos doscientos vecinos se concentraron en la noche del sábado en Aranda de Duero para defender la presunción de inocencia de los tres jugadores de la Arandina (los leoneses Lucho y Viti y el zamorano Raúl Calvo) encarcelados por supuestamente abusar sexualmente de una menor.

Organizada a través de las redes sociales, la concentración tuvo lugar en la Plaza de la Constitución, adonde fueron llegando varias decenas de vecinos y algunos curiosos, hasta sumar más de doscientos, con pancartas en las que se pedía justicia y con mensajes de apoyo a los jugadores. En el lugar se producían momentos de tensión cuando alguna mujer salía en defensa de la víctima, recordando que era una menor de 15 años y que un «no es un no».

Además de conocidos de los tres jugadores, participaban en la concentración jóvenes en apoyo de su presunción de inocencia pero también acudieron adultos. Los asistentes aplaudieron las proclamas que en defensa de los jugadores se han lanzado a través de un altavoz.

Fuentes del entorno de uno de los jugadores, el astorgano Lucho, explicaban a Efe que lo que más está doliendo a la familia y amigos es que se les trate de «violadores», cuando a su juicio se ha tratado de error por desconocimiento de la ley, en cuanto a la edad de la víctima.

El pasado miércoles la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Aranda decretó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para los tres jugadores acusados de un presunto delito de agresión sexual a una chica de 15 años. La edad de la joven es una de las claves en este caso ya que, según el Código Penal, al ser inferior a 16 años es irrelevante el consentimiento para mantener relaciones sexuales.

La madre de la menor declarará mañana martes en el juzgado número 1 de Aranda de Duero, que instruye el caso. El jueves lo hará la psicóloga a la que contó lo sucedido pocos días después. En esa misma jornada, además, están citadas las menores que, según diversas fuentes y a iniciativa propia aportaron a la policía cuatro grabaciones de whatsaap, «presuntamente enviadas por la denunciante», cuya transcripción forma parte de la documentación enviada al juzgado.