Diario de León

OPINIÓN Xabier Azkargorta

Fútbol al dos por ciento

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Cada vez que veo jugar a Alemania me acuerdo de Gary Lineker y de su frase en el Mundial de Italia: «El fútbol es ese deporte en el que jugamos todos y siempre acaba ganando Alemania». De nuevo, con más o menos méritos, pasó a la final de la Copa del Mundo. No entienden de juego bonito, buscan modelos de confort, sólidos, de poco consumo y esfuerzos controlados y dejan los adornos para los demás. No me resisto a contarles un cuento: se encuentran en una estación de servicio dos amigos que no se han visto desde hace muchos años. Habían ido juntos al colegio y ahora conducían, uno un Ibiza sencillo y el otro un Mercedes último modelo. «¿Qué es de tu vida?», le preguntó el del Mercedes a su amigo y éste le contesto: «Estoy muy bien, hice mi carrera de ingeniero y ahora trabajo en una empresa y estoy muy contento». Mientras cargaba el depósito con gasolina diésel, el del Ibiza le preguntó a su amigo: «Oye, ¿y tú qué? En el colegio eras el último de la clase, venías sólo para el recreo y a quitarnos el bocadillo y ahora te veo con este cochazo y una pinta que te cagas, ¿Cómo lo haces?» El amigo del Mercedes, con cara de seriedad y como si la cosa estuviera al alcance de cualquiera, le contestó: «Mira, yo compro las cosas a cien, y las vendo a doscientas, y con ese 2%, voy tirando por la vida». Así son los alemanes, no entienden de controles, de porcentajes de posesiones de balón, de pases fallados y acertados, pero cogen una pelota que se perdía por la línea de fondo y la convierten en gol y se plantan en la final, contra todos y ante todos los aficionados de un país entero, los del sur y los del norte. Y Beckenbauer queriendo meterles a todos en un saco y golpearlos sin piedad, menos al portero Oliver Khan, debe ser por el miedo que mete el gran guardameta alemán. El partido fue el esperado, Guus Hiddink oxigenó un poco el equipo en el inicio, después de tanta prórroga y esfuerzos, pero cambiando sólo los nombres y no así las funciones dentro de su sistema de juego. Llamó mucho la atención el marcaje individual del número 6 coreano Yoo Sang Chul sobre Ballack. El jugador alemán, paradójicamente, marcó el gol de su equipo y sin embargo a Corea le faltó organización en su juego, por la ausencia en esa labor del citado Yoo. Ahn esperó su oportunidad en el banquillo y lo mismo hizo Seol, pero no lograron batir al portero Khan, a pesar de algún intento desordenado de Park Ji Sung. El árbitro Urs Meier estuvo muy bien, incluso con cierto aire anticasero, y los coreanos despertaron de un sueño hermoso, que todavía les puede llevar al tercer puesto de este extraño mundial. Ahora Alemania, sin Ballack, se enfrentará en la final al vencedor de Brasil y Turquía. Quien juegue en su lugar, seguro que tiene peores porcentajes que el número 13 alemán, pero de lo que no tengo duda es, que lo que compre a cien, lo venderá a doscientos, sin importarle que sea el 2% ó el 100%.

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