Diario de León

Las súplicas de Salvo se imponen al criterio económico y acaban con el pívot

Tate Decker purga la crisis de León

El presidente del Baloncesto León, Josecho Pardo, confirmó la próxima llegada de un refuerzo, que ocupará el lugar del pívot estadounidense, Tate Decker, cuyo contrato

Tate Decker efectúa un lanzamiento ante la atenta mirada de Quino Salvo

Tate Decker efectúa un lanzamiento ante la atenta mirada de Quino Salvo

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El capítulo de acoso y derribo contra Tate Decker termina con el norteamericano haciendo las maletas y el entorno relamiendo su conquista. Quino Salvo, detractor del pivot desde el primer momento, ve cumplidas de esta manera sus súplicas, exhaustivamente amplificadas con rigor cronológico. En un principio, Baloncesto León tan sólo optará por buscar relevo a Tate Decker, aunque no se descarta que posteriormente «una vez que vea dónde nos duele la tripa», como manifestó ayer Josecho Pardo, se busque otro refuerzo nacional o comunitario. El presidente de Baloncesto León dijo mostrarse «preocupado, pero no asustado» de la marcha del equipo, colista de la Liga LEB, después de tres derrotas en otros tantos encuentros disputados y señaló que la situación «se puede arreglar, aunque para ello haya que buscar refuerzos». El máximo mandatario del club leonés considera fundamental para invertir la situación actual «adquirir una mayor confianza en sus posibilidades por parte de los jugadores y no perder la calma, porque los nervios juegan siempre en contra y fueron uno de los factores del descenso de ACB». Pardo pidió a la afición leonesa, menos numerosa en esta temporada que en las dos anteriores en la Liga LEB, que siga apoyando al equipo, «porque ahora es cuando más se necesitan estos refuerzos morales y es cuando tienen que permanecer los incondicionales», precisó. En todo caso, el presidente del León está convencido de que su equipo está capacitado para disputar las eliminatorias de ascenso «porque todavía queda mucha liga por delante y al final de la fase regular los cuatro primeros clasificados llegarán con diez derrotas, con lo que tres no son una rémora insalvable», dijo.

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