Y ahora, a pensar en la Cultural

El Atlético tuvo a un futbolista más durante 55 minutos tras la expulsión de Graff, pero su superioridad numérica no se reflejó con buen juego. El resultado y la entrada de Jorge tras el descanso fue lo mejor de un encuentro soso y aburrido en el que los rojiblancos al menos lograron romper su mala racha en casa, algo que ya era obligado para el equipo de Luis Aragonés. En su primer y único disparo a puerta en el primer tiempo el Atlético logró abrir el marcador en jugada ensayada, pero los rojiblancos sólo tuvieron lucha en ese primer tiempo en el que a falta de juego y pausa sí ejercieron una gran presión en el medio campo para evitar que se acercase el Rayo. También llegó en ese periodo una sola vez el equipo de Fernando Vázquez a la portería contraria, y también tras un saque de falta, pero en este caso una providencial mano del ''Mono'' Burgos salvó al Atlético a disparo a bocajarro de Bolo. Un minuto después, Graff se ganaría la segunda amarilla por una entrada por detrás a Correa y dejó al Rayo con diez. En un duelo muy trabado y con exceso de centrocampismo, la presión de ambos equipos en el medio campo impidió que hubiese juego y ocasiones de gol. El Atlético, muy precipitado incluso después del tempranero gol y la expulsión de Graff, recurrió a los balones largos hacia Fernando Torres, que estaba demasiado solo arriba, pese a los esfuerzos de Correa por conectar; y con las bandas rojiblancas anuladas por la defensa visitante ante José Mari y Luis García, el equipo de Luis no pudo ofrecer más a su aburrida afición. En el Rayo, que abusó de las faltas, lo único destacable fue su actitud defensiva y sus acciones estudiadas a balón parado, pero una vez más ahí estuvo el «Mono». La entrada de Jorge en la segunda parte no sólo dio más alegría al ataque rojiblanco, sino que el ex jugador del Las Palmas fue quien provocó el penalti que valdría el 2-0 y creó las oportunidades de gol en el segundo tiempo. El Rayo había vuelto a asustar al Atlético con otras dos acciones consecutivas a balón parado (ambas de Julio Álvarez) cuando Jorge se internó en el área y fue derribado con claridad por Dorado. Fernando Torres no falló el penalti y el Atlético pudo respirar definitivamente, a pesar de que el Rayo se estiró entonces frente a un rival que a excepción de alguna pincelada de Jorge y el propio Torres (sin ninguna puntería, salvo en el penalti), no aportó mucho más. Fernando Vázquez realizó cambios más ofensivos con el objetivo de recortar diferencias, pero los rayistas, con uno menos y su escasa calidad, no podían aspirar a sorprender, mientras que el Atlético mantuvo un alto ritmo, aunque insistió una y otra vez en entrar por el centro, y ahí los rojiblancos siempre salieron perdiendo ante la defensa visitante. Pero esta vez, el público del Calderón se pudo ir satisfecho.